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El sector de las bebidas espirituosas en España: motor estratégico de la economía rural y del posicionamiento internacional

Análisis, 01 de septiembre de 2025

El sector de las bebidas espirituosas en España constituye mucho más que una industria vinculada al ocio y al consumo. Su aportación a la economía nacional, su papel en la dinamización del medio rural, la preservación de tradiciones culturales y su proyección internacional lo convierten en un sector, que integrado en la cultura de la alimentación mediterránea, es estratégico para el país. Además, el sector de las bebidas alcohólicas está firmemente comprometido con la sostenibilidad, la innovación y el consumo responsable, que avanza hacia un modelo consciente y alineado con las tendencias globales de salud y bienestar.

Actualmente, y a pesar de encontrarnos en un contexto de cambio en los hábitos de consumo, inflación y nuevas exigencias regulatorias, el sector demuestra resiliencia y capacidad de adaptación, manteniendo su contribución, el valor económico y reforzando su compromiso social y su aportación en el entorno de la economía rural.

Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, señala que "el sector de bebidas espirituosas en España es un motor económico, social y cultural de primer orden. Su capacidad para generar riqueza y empleo, fijar población en el medio rural, reforzar el posicionamiento internacional de España y liderar en prevención y sostenibilidad lo convierten en un actor estratégico para el futuro del país."

Fuerte arraigo territorial y rural: más de 3.800 centros de producción

La producción de espirituosos en España está profundamente ligada a los territorios rurales. Más de 3.800 centros de producción, muchos de ellos pequeñas y medianas empresas de origen familiar, se ubican en estas zonas rurales, que sufren fuertes tensiones de despoblamiento contribuyendo a fijar población, generar empleo y preservar oficios tradicionales.

Este tejido productivo no solo sostiene comunidades locales, también protege la diversidad agrícola y la relación de la industria con el territorio y los productores locales, con más de 144.000 hectáreas destinadas a cultivos vinculados a la elaboración de espirituosos. Se trata de una parte de la agroindustria que equilibra modernidad e innovación con un fuerte respeto por la herencia artesanal, garantizando la continuidad de prácticas transmitidas durante generaciones.

El peso económico del sector es indiscutible: aporta 7.200 millones de euros al PIB, lo que equivale al 0,7% del total nacional, y genera más de 390.000 empleos directos, indirectos e inducidos. La hostelería y el turismo, principales aliados del sector, concentran buena parte de estos puestos de trabajo, lo que refuerza el valor multiplicador de la categoría. Por cada empleo directo, se crean a su alrededor nueve empleos indirectos, especialmente en hostelería, restauración, comercio y logística. El sector es también uno de los principales dinamizadores de la vida social, ya que seis de cada diez consumiciones se producen en establecimientos de hostelería, aportando hasta un 30,5% de los ingresos de los locales de ocio. La hostelería en España cuenta con 311.000 establecimientos que dan trabajo a 1,4 millones de personas y tiene un volumen de ventas de 87.816 millones de euros, el 4,4% del PIB.

En el ámbito fiscal, las aportaciones del sector de espirituosos alcanzaron los 1.545 millones de euros en 2024, lo que supone el 73% de la recaudación estatal por impuesto especial sobre el alcohol.

España en el mapa internacional

La fortaleza del sector trasciende las fronteras. España es líder europeo en la producción de brandy y cuenta con una posición muy destacada en la producción de otros licores como ron, ginebra y whisky. Este liderazgo industrial se traduce en una potente presencia en los mercados globales: en 2024, el 43% de la producción nacional se destinó a la exportación, con más de 195 millones de botellas comercializadas en el exterior, lo que representa un crecimiento del 4,7% respecto al año anterior.

La calidad, el origen y la autenticidad de los espirituosos españoles, bajo estrictos controles y un marco legal Comunitario son valores diferenciales que refuerzan la marca España en el mundo, vinculándola con la tradición gastronómica, la innovación y el estilo de vida mediterráneo.

En este aspecto, cabe reforzar que los espirituosos forman parte del patrimonio cultural inmaterial de España. Más del 90% de la población ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez, reflejo de una tradición que se integra en celebraciones populares, en la gastronomía y en la identidad territorial, asociado a la cultura de la interacción social. El país cuenta con 19 indicaciones geográficas protegidas, que constituyen un legado original vinculado a la tradición, la cultura y la artesanía. Este valor inmaterial se proyecta también en el turismo: el enoturismo y el turismo de experiencias vinculados a destilerías y regiones productoras atraen cada vez a más visitantes que buscan experiencias vinculadas a valores de autenticidad, historia y conexión con el origen.

España como modelo de consumo responsable en Europa

El patrón de consumo en España se caracteriza por la moderación y la socialización. Ocho de cada diez consumiciones de espirituosos tienen lugar en franjas diurnas, vinculadas al aperitivo y al “tardeo”, lo que refleja un cambio respecto al ocio nocturno tradicional.

Este modelo se enmarca en la cultura mediterránea, que combina disfrute social y consumo responsable. De hecho, más del 94% de los consumidores, según apuntan los informes, realiza un consumo moderado, y las nuevas generaciones muestran una creciente preferencia por estilos de vida más saludables.

La popularidad de alternativas como las bebidas 0,0, los mocktails, o los espirituosos de baja graduación es cada vez mayor. El 70% de los españoles tiene una opinión favorable de los productos sin alcohol, lo que responde tanto a la demanda de los consumidores como a las recomendaciones de la OMS para reducir el consumo en colectivos de riesgo. En esta línea es reseñable la labor del sector en el campo de la prevención y la educación con campañas como Menores ni una Gota, Los Noc-Turnos o Tú Sirves, Tú Decides. Todas ellas diseñadas para prevenir el consumo en colectivos de riesgo, como menores, conductores o embarazadas. El sector ha invertido desde 1999 más de 30 millones de euros en programas de prevención y educación.

Los datos avalan esta estrategia: la edad de inicio en el consumo de alcohol se mantiene estable en los 16,4 años según EDADES. Pese a ello, la prevalencia del consumo intensivo y del binge drinking muestra una tendencia descendente desde 2012, lo que refleja la efectividad de las políticas preventivas.

El sector reafirma su apuesta por el consumo cero en menores y la promoción de un disfrute consciente y moderado en adultos.

Precisamente ahora, en pleno debate en torno al Proyecto de Ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores de edad se ha puesto de relieve nuevamente la necesidad de colaboración público-privada. El objetivo de la prevención debe contar con todos los actores posibles tanto en el ámbito público como privado y, ahí, el propio sector es una pieza clave por su impulso y contribución histórica en las campañas de educación y concienciación.

También puede contribuir la consolidación en los hábitos de consumo de las bebidas 0,0%, tanto las destiladas como las fermentadas, evitando para las mismas restricciones en la nueva normativa y apostando por la aplicación de códigos de autorregulación.

La estrategia más efectiva pasa por sumar esfuerzos entre administraciones, familias, escuelas y sector, para garantizar una protección real a los menores y evitar medidas que puedan tener efectos adversos sobre el empleo, la hostelería o la innovación.

A este respecto, Jesús Sánchez Lambás, apunta que “el sector de bebidas espirituosas en España es un motor económico, social y cultural de primer orden. Su capacidad para generar riqueza y empleo, fijar población en el medio rural, reforzar el posicionamiento internacional de España y liderar en prevención y sostenibilidad lo convierten en un actor estratégico para el futuro del país. La combinación de tradición e innovación, sumada a un firme compromiso con la calidad, la responsabilidad, la educación y la economía circular, sitúan al sector en una posición privilegiada para afrontar los retos regulatorios y sociales que se avecinan. Apostar por el sector de bebidas espirituosas es apostar por un modelo que conjuga desarrollo económico, protección cultural, responsabilidad social y sostenibilidad, y que refuerza la marca España en los mercados globales, fijando población en ámbitos geográficos de la España vacía.”

SOBRE EL INSTITUTO COORDENADAS DE GOBERNANZA Y ECONOMIA APLICADA

Institución de pensamiento e investigación de la interacción entre gobernanza y economía aplicada para avanzar en constructivo y en decisivo sobre el trinomio: bienestar social, progreso económico y sostenibilidad ambiental; en pleno entorno evolutivo sin precedentes desde finales del Siglo XVIII y principios del XIX con la revolución industrial. Fiel a sus principios fundacionales de independencia, apartidismo y pluralidad, el Instituto lidera proactivamente la fusión entre la esencia y la innovación de la liberalización económica, como mejor modelo de afrontar los retos presentes y futuros de país, de Europa y del mundo.

NOTA DE INTERÉS: La información de este comunicado de prensa es un resumen de interés público proveniente de trabajos de análisis e investigación; de grupos y sesiones de trabajo de expertos y/o producción de artículos científicos del Instituto Coordenadas para la Gobernanza y la Economía Aplicada. Los papeles de trabajo y documentos originales y completos son de uso interno y de titularidad exclusiva del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.