Los británicos quieren quedarse en la Unión Europea
Artículos, 04 de junio de 2016
Cuando quedan tres semanas para la celebración del referéndum del 23 de junio sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE, convocado por el premier británico, aficionado a las consultas ciudadanas comprometidas, las encuestas comienzan a decantarse a favor de la permanencia del Reino Unido (46% frente al 41% que quieren la salida).
El empate técnico al que se ha llegado en algún momento, se ha ido diluyendo a medida que el lado europeísta ha ido captando el voto de los indecisos.
Esta mejoría en los sondeos se ha visto reflejada en las probabilidades de salida de las potentes casas de apuestas, que han caído al 20%-25% (en los últimos meses se habían movido en el rango 30%-35%, incluso cerca del 40% en algunos momentos). Asimismo, las encuestas también han afectado al tipo de cambio y la libra se ha apreciado hasta los 0,76 libras por euro, cuando hace un mes y medio estaba en 0,80.
Los pro-Brexit parecen haber perdido el debate económico y el consenso entre los economistas sobre las consecuencias negativas de la salida es amplio. La pasada semana, el Tesoro británico publicaba su informe sobre el impacto, a corto plazo, mostrando que el PIB sería un -3,6% inferior al cabo de dos años si hay salida. También, el prestigioso think tank Institute for Fiscal Studies ha dejado claro que el Brexit supondría un coste para el erario público de entre 20 y 40.000 millones de libras al año, en lugar de un ahorro fiscal. Además, el secretario general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ha llegado a afirmar que dejar la UE implica renegociar por completo los términos de su pertenencia, ya que la UE negocia en bloque con la OMC. Hasta Gibraltar se ha revuelto contra el Brexit.
Asumiendo la pérdida de la batalla económica, los partidarios del Brexit se centran en la inmigración y en particular en la presión que podría suponer la entrada de Turquía en la UE. Sin embargo, Turquía lleva desde 1987 intentando adherirse a la Unión, y al ritmo actual de adopción de los estándares europeos, tardaría varias décadas en entrar, como ha recordado Cameron.