Rosell se apunta a lo políticamente correcto

Análisis, 17 de febrero de 2016

Aunque se escudara en que se le malinterpretó, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, siguiendo el más rancio y coercitivo concepto norteamericano de lo políticamente correcto, se descolgaba recientemente con unas manifestaciones públicas, tan neutras como melifluas, y que rozaban el ridículo, al afirmar que los empresarios no sentían ningún “miedo” ante un posible ejecutivo en el que estuviera Podemos, asegurando que habría que “cuantificar” los programas políticos y económicos de las formaciones y el “coste de cualquier pacto” que pudiese incurrir en nuevos déficit que, a su vez, pudieran aumentar el endeudamiento público.

24 horas más tarde y ante el revuelo que levantaron sus iniciales palabras, el empresario catalán tuvo que desdecirse, poniendo de manifiesto la mucha preocupación de los empresarios ante un posible gobierno en el que estuviese la formación de Pablo Iglesias, debido a que en su programa económico “existen planteamientos que distan mucho de lo que es una economía social de mercado”. El presidente de la CEOE recalcaba que el miedo existente no era en ningún caso ni físico ni neurológico.

Cuando de lo que se está hablando es de un programa PSOE-Podemos que plantea liquidar la reforma laboral, aceptar referéndums segregacionistas, implementar una política fiscal que no va a dejar indiferente ni a empresas ni a autónomos, crear escenarios de rentas mínimas o complementarias y que todo ello terminaría desembocando en un sustancial incremento del gasto público, el posicionamiento del presidente de los empresarios encendió los ánimos de quienes están horrorizados ante la hipótesis de que la cartera de economía de un hipotético gobierno recaiga en un miembro de Podemos.

Rosell, quien ocupa la presidencia de la CEOE desde diciembre de 2010, cuenta con una extensa colección de frases, que han dejado nítidamente claro su pensamiento, sin haber tenido que recurrir al sobreutilizado concepto de lo políticamente correcto, y entre las que sobresalen las siguientes:

  • En relación a la salida de la crisis. “No va a ser nada fácil, nos va a costar muchísimos sacrificios y pagar, a lo mejor, más impuestos y tener menos servicios, pero así es la vida. La vida no es fácil”.
  • “Hay que combatir a los funcionarios prepotentes e incumplidores. Para eso hay que evaluarlos y penalizarlos. Y convencerlos de que trabajan para nosotros, que no son dueños de su puesto de trabajo”.
  • “Al estudiante hay que decirle que un fracaso se le puede consentir, pero que esté ocho años para acabar una carrera de cinco, no se le puede consentir y no se lo vamos a pagar siempre”.
  • “Como aquí el subsidio dura hasta 24 meses, la gente encuentra trabajo milagrosamente cuando falta un mes o dos para agotar el subsidio”.
  • “Un millón de amos y amas de casa están apuntados al paro para intentar cobrar algún subsidio”.
  • “Si la sanidad y la educación estuvieran gestionadas por empresarios se harían mejor las cosas”.

    Consejo a los alcaldes: “Una cosa son las campañas electorales, los eslóganes, pero cuando llegas a la mesa del despacho y ves los ingresos y los gastos, hay que gestionar, asumir responsabilidades, y todo tiene un coste”.

Post-it

Lo políticamente correcto es un concepto que, al parecer, procede de la Corte Suprema de Estados Unidos, allá por el siglo XVIII, y que ha terminado por conseguir que los individuos no digan lo que piensan por temor a recibir la reprobación de quienes determinan en cada momento los parámetros entre los que se debe mover la ortodoxia política o cultural.

Utilizado inicialmente para describir lenguaje, ideas políticas o comportamientos con los que se procura minimizar la posibilidad de ofensa hacia grupos étnicos, culturales o religiosos, hoy se ha convertido en uno de los principales enemigos de la libertad de expresión y, en opinión de algunos analistas, con una tendencia preocupante hacia el pensamiento único, impuesto por la izquierda oficial.

Fuente: Tendencias del Dinero