La subida de tipos de la Fed, entre la hermenéutica y la semiología

Análisis, 06 de noviembre de 2015

El uso del lenguaje en la definición de las políticas monetarias, tanto en el Banco Central Europeo como en la Reserva Federal de EEUU, resulta del todo punto fascinante y una vez más la Fed no ha defraudado a la grey financiera de medio mundo, que esperaba el comunicado con un especial interés para interpretarlo, cada uno a su manera, y poder así determinar cuándo se iba a producir la esperada, aunque no se sabe si deseada, subida de tipos, algo que no deja indiferente a casi nadie interesado en la economía global.

No defraudó el Federal Open Market Committee (FOMC) que hizo público un comunicado para deleite de semiólogos y hermeneutas para decir, en definitiva, que dejaba para más adelante cualquier movimiento de los tipos de interés.

Fue el único mensaje claro. En el resto, unos vieron la disposición de la Fed por “no administrar los tiempos y abrir, sin lugar a dudas, la puerta a las subidas de tipos en diciembre”, mientras para otros “lanzaba un mensaje algo más agresivo de lo esperado” cuyo núcleo se contenía en la frase del comunicado que decía que “para determinar si será apropiado elevar el rango objetivo en su próxima reunión (fed funds), el Comité evaluará los progresos, tanto realizados como esperados, hacia sus objetivos de máximo empleo y 2% de inflación”, lo que llevaba a otro reputado analista a mantener su “previsión de marzo de 2016 para la primera subida de tipos de la Fed, aunque el riesgo de que se adelante a diciembre de 2015 ha aumentado ligeramente”.

Sea en diciembre, en marzo o en otro momento, lo cierto es que no hay consenso dentro de la Fed y si, hasta septiembre, una importante mayoría de sus miembros pensaba que la primera subida debía producirse dentro de este año, desde entonces, dos miembros del Board han manifestado su postura por esperar más tiempo, expresando una discrepancia con la presidenta y el vicepresidente de la Fed, algo poco habitual. Además, la economía da signos de desaceleración y la inflación no aparece por ningún lado.

Esta diferencia de opiniones se debe a las discrepancias, en torno a si la baja tasa de paro es indicativa de tensiones en el mercado laboral que vayan a derivar en repunte de los salarios y, por tanto, subida de la inflación. Por ello, de cara a la decisión del FOMC de diciembre, el dato del PIB del tercer trimestre no parece que vaya a ser relevante, pues su debilidad se debe al componente de inventarios. Los datos clave serán el empleo (en particular, si se recupera o no un ritmo de creación de empleo superior a 200.000 al mes) y los incrementos salariales.

El detalle de la discusión trascenderá cuando se publiquen las actas el 23 de noviembre, pero el mercado no parece estar preparado para un movimiento de tipos de interés en diciembre (de hecho, con probabilidad del 100% no se cotiza hasta junio de 2016), por lo que si la Fed quiere evitar sorprender, debería, en opinión de los analistas de referencia, empezar a mandar mensajes cuanto antes.

Fuente: Tendencias del Dinero