La “abrasiva regulación” bancaria
Análisis, 06 de diciembre de 2015
En los últimos seis años, la rentabilidad financiera (ROE) del sector bancario español se ha reducido en 6,8 puntos, pasando del 12,1% al 5,3%, fundamentalmente por las mayores exigencias de capital y la caída no ha sido superior por los beneficios generados gracias a las políticas del BCE, que han contribuido a abaratar los costes financieros y a generar abultados resultados con las carteras de renta fija. El dato viene a coincidir con la queja realizada por el presidente del Banco Popular, Angel Ron, quien calificaba en una intervención radiofónica de “regulación abrasiva” la sufrida por la industria financiera, aunque, según un informe de AFI, los mayores requerimientos de capital han venido para quedarse y es difícil que los resultados de las carteras de renta fija de los últimos años se repitan en el corto plazo. De hecho, las plusvalías latentes asociadas a dichas carteras han disminuido más de un 50% en 2015.
Uno de los principales lastres de capacidad para conceder crédito y, por ende, de la rentabilidad de la banca española, es la acumulación de activos improductivos hasta un total de 238.000 millones de euros a junio de 2015 entre crédito dudoso y activos adjudicados (8,8% del balance), con una rentabilidad nula o negativa y mayores requerimientos de capital. Actualmente, la rentabilidad de estos activos es nula, cuando no negativa (por los gastos de gestión y mantenimiento asociados), y además requieren más capital.
Asumiendo que se vendiesen a valor neto contable (hipótesis algo optimista dado que algunos activos podrían estar contabilizados por encima del valor de mercado), y que la liquidez podría reinvertirse en crédito a hogares y a pymes, el sector podría obtener anualmente una rentabilidad media del 3% por estos activos y además se ahorraría las provisiones asociadas a los mismos, que estimamos en un 10% de su valor neto contable, es decir, unos 13.000 millones de euros. En definitiva, los activos no rentables podrían estar reduciendo la rentabilidad anual del sector hasta en 5,4 puntos porcentuales: 1,2 puntos por la menor generación de ingresos financieros y en unos 4,2 puntos por las provisiones por deterioro.