El gregarismo, única razón con fundamento en el que se apoya el pesimismo de los mercados
Análisis, 16 de febrero de 2016
La Bolsa española perdía la semana pasada la cota de los 8.000 puntos, algo que no ocurría desde julio de 2013, tras acumular una caída del 16,9% en lo que iba de año, lo que la convertía en la campeona de pérdidas, si se suma el 7,1 % que se dejó en 2015.
Lo que le ocurría al Ibex la pasada semana no era muy distinto a lo que les ocurría a la mayoría de las bolsas internacionales que cosechaban pérdidas similares a la de Madrid y de ello daban fe el Dax alemán, el CAC francés, el Nikei japonés, los FT de Londres y Milán o el Nasdaq de Wall Street.
El revolcón bursátil es generalizado y refleja la notable inestabilidad con que los mercados han comenzado el año, a pesar de que no se han concretado algunos de los temores existentes hace unos meses, como eran la apreciación del dólar o unas mayores divergencias en las políticas de los bancos centrales. Ante tal situación, los analistas