El conflicto catalán sitúa a la Bolsa española como la peor de Europa
Análisis, 30 de septiembre de 2015
En lo que va de año, al finalizar la sesión del pasado jueves, el Ibex 35 había caído un -9,6%, la mayor bajada de todas las bolsas europeas del grupo en el que está el mercado español y que ha hecho preguntarse a analistas y observadores si ello significa que hay menos incertidumbre en Europa que en España.
Solo el británico FTSE 100 con una caída acumulada de -9,2%, se acercaba al selectivo español, porcentajes ambos que contrastan con el aumento del índice italiano del 8,3% o con el del CAC francés del 1,7%, aunque el Dax alemán haya experimentado una bajada del -3,9%.
La respuesta no resulta fácil, ya que, a la hora de buscar razones y argumentos sobre esta diferencia, solo hay uno que no es común a la totalidad de los mercados bursátiles europeos: el proceso soberanista catalán.
A partir de ahí, los mercados de valores europeos sufren y padecen, en igual medida que la española, los procesos de desestabilización que afectan al mundo y que, en opinión de algún analista, no es otro que la ralentización del crecimiento mundial y la amenaza de deflación global, tesis con las que el presidente del BCE, Draghi, ha mostrado recientemente cierto distanciamiento al poner de manifiesto que “se necesita más tiempo para determinar si la contracción en los mercados emergentes tiene carácter temporal o permanente”.
Pero además de la crisis de los países emergentes, con una situación en China que nada tiene que ver con la de Brasil, otros factores han influido en la evolución de las bolsas de las últimas semanas y entre ellas las más importantes han sido la decisión de la Fed de no mover los tipos, aunque lo hará antes de que termine 2015; el escándalo Volkswagen; la amenaza de una drástica revisión a la baja de las commodities; unas declaraciones de la candidata a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton, sobre el control de precios de los fármacos o el pesimista anuncio de resultados de un gigante del acero como la compañía finlandesa Outokumpu.
Mientras tanto, en Europa los índices PMI no ponían en duda el escenario de recuperación en la zona euro, a pesar de los leves retrocesos que mostraban por los efectos de la desaceleración emergente y así el manufacturero se contraía a 52,0 ante el freno de las órdenes de exportación, el de los servicios caía a 54,0 mientras que el compuesto se situaba en 53,9. Todos estos índices contemplaban el estancamiento de la economía francesa, cuyo crecimiento del PIB trimestral se situaba en el 0,0%.
Así las cosas, no cabe otra que convenir en que el escenario catalán asusta y preocupa a los mercados y que este tipo de aventuras no solo divide a la sociedad en España, sino que, como señala algún analista, está espantando a la inversión extranjera de Cataluña y de España y enfriando todos los proyectos de inversión en el país, en un momento en que la coyuntura económica era favorable al arrojar las mayores tasas de crecimiento de toda Europa con la consiguiente creación de empleo. Y así lo respalda el hecho de que las empresas del Ibex hayan conseguido en el primer semestre de 2015 unos beneficios record.