Debate Kissinger Gorbachov

Dos miradas post-pandemia: de Kissinger a Gorbachov

Análisis, 01 de mayo de 2020

El drama en que se ha convertido la pandemia del nuevo coronavirus ha traído también consigo el inevitable renglón de reflexiones sobre el mundo que nos espera tras una superación que se espera en un plazo relativamente corto de tiempo. Sus secuelas, no obstante, pueden ser más duraderas. El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha creado un grupo de debate entre expertos de diferentes disciplinas para elaborar pensamiento sobre Nuevas Perspectivas para un Mundo Diferente.

El primero de ellos se ha centrado en concretar las formas de afrontar ese nuevo escenario global al que parece que caminamos como consecuencia del impacto brutal de esta pandemia. Y ha aprovechado para iniciar el diálogo la mucha repercusión del artículo del ex secretario de Estado Henry Kissinger publicado en The Walt Street Journal el pasado día 3 de abril y también el publicado por el ex líder soviético Mijail Gorbachov en Time el pasado 15 de abril. Ha habido una notable unanimidad al señalar que una yuxtaposición de ambos es más que aconsejable, en parte por su reconocida y dilatada experiencia en la gestión de los asuntos públicos y por aportar una altura de miras muy necesaria en estos tiempos.

Ante este desafío, Kissinger abunda en su escrito en una severa llamada de atención a las instituciones de todo el mundo, pero muy particularmente a la necesidad de preservar una alta resiliencia, eficiencia y visión de futuro, demandas que en EEUU se ven hipotecadas por el riesgo de “un país dividido” que puede poner en peligro la confianza pública y la estabilidad internacionales.

Consciente de que el mundo nunca será el mismo después del coronavirus, el ex secretario de Estado norteamericano invoca la urgencia de vincular una visión y programas de colaboración global. Su sentencia no admite dudas: “ningún país puede en un esfuerzo puramente nacional superar el virus”. Y pone deberes a la Casa Blanca en tres aspectos: desterrar la complacencia científica asumiendo que es necesario seguir avanzando en la ciencia médica con ambición aprovechando al máximo las oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías; sanar las heridas de la economía mundial, que serán de una magnitud y complejidad muy superior a las provocadas por la crisis financiera de 2008; por último, salvaguardar los principios del orden mundial liberal, defendiendo y sosteniendo los valores de la Ilustración, aquellos que han proporcionado a la humanidad la satisfacción de las necesidades elementales (seguridad, orden, justicia y bienestar económico) a una escala hasta ahora desconocida.

La “seguridad humana” de Gorbachov

El ex líder soviético, que en su perestroika contemplaba la reivindicación de un “nuevo pensamiento” para encarar los desafíos de la posguerra fría, centra su reflexión en la urgencia de priorizar el concepto integral de seguridad humana (proporcionar alimentos, agua, medio ambiente limpio y cuidar de la salud de las personas). Gorbachov, situándose muy por encima de los debates terrenales tan a menudo plagados de alocuciones cortoplacistas, sugiere la celebración de una sesión especial de emergencia en Naciones Unidas para revisar la agenda global.

El último presidente de la antigua Unión Soviética nos propone, a diferencia de Kissinger, no amurallarse tampoco en los valores de la Ilustración, que tantas veces contraponemos al paternalismo despótico, sino en seguir avanzando ideológicamente para dar paso a “una nueva conciencia, una nueva civilización” que naturalmente incorpore –y no sacrifique– el bagaje de referencia en términos de democracia y libertad, valores seguros que nos han permitido a la humanidad experimentar avances incesantes en las últimas décadas, pero sumando los imperativos de las nuevas coordenadas para vertebrar su sostenibilidad a futuro.

Los expertos que han participado en el debate del Instituto Coordenadas señalan que los dos líderes, ambos premios Nobel de la Paz, evocan en sus reflexiones experiencias vitales que les han marcado en su vida (la Batalla de las Ardenas en 1944 para Kissinger y las negociaciones para desactivar la amenaza nuclear en los años ochenta en el caso de Gorbachov). Esas trayectorias convergen en una percepción compartida: ningún país puede enfrentar en solitario las amenazas comunes. Y el nuevo coronavirus es una de ellas.

En un mundo global e interconectado, los desafíos mundiales configuran una agenda común insorteable: la pobreza y la desigualdad, la degradación del medio ambiente, las crisis migratorias…, y también enfermedades y epidemias que pueden propagarse a una velocidad sin precedentes.

Lo que esta pandemia pone de manifiesto es, por tanto, dice Gorbachov, la necesidad de desmilitarizar los asuntos mundiales, la política internacional y el pensamiento político, asumiendo que solo actuando al unísono como comunidad global estaremos en condiciones de responder eficazmente a los nuevos desafíos. Ese es el paradigma de la nueva seguridad, menos dependiente del capítulo castrense y más comprometida con otras variables que atañen a dimensiones de otro orden, más prosaico quizá pero no por eso circunscritas a ámbitos de índole considerada menor. La imagen de los efectivos de nuestras fuerzas armadas desinfectando residencias de mayores es bien elocuente…

Las experiencias recientes en la plasmación de una agenda compartida ofrecen un balance errático. La más ambiciosa, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, adoptados por la ONU en el año 2000, ha discurrido de forma muy desigual. Si los gobiernos y la sociedad civil internacional no es capaz de reorganizar sus prioridades, trascender sus marcos puramente nacionales e implementar estrategias y objetivos comunes a toda la humanidad, el temor de Kissinger de una vuelta atrás, a la “ciudad amurallada” renacida como paradigma de una protección aislada, puede derivar en más que una hipótesis.

El debate concluyó señalando que la prosperidad generada en las últimas décadas en torno al fomento del comercio mundial y del movimiento de personas, debe ser preservada a toda costa. Si ese es un afán compartido, la espiral de confrontación que parece imponerse en el juego de reproches mutuos, ya sea a escala nacional o planetaria, nos aleja de nuestro objetivo. La prioridad ahora es mitigar la vulnerabilidad de la población, sortear el caos, fortalecer las instituciones de nivel nacional y global y trascender los populismos de todo signo para salvaguardar nuestro modo de vida evitando hacer el camino del cangrejo: hacia atrás.

SOBRE EL INSTITUTO COORDENADAS DE GOBERNANZA Y ECONOMIA APLICADA

Instituto de pensamiento e investigación de la interacción entre gobernanza y economía aplicada para avanzar en constructivo y en decisivo sobre el trinomio: bienestar social, progreso económico con justicia social y sostenibilidad ambiental; en pleno entorno evolutivo sin precendentes desde finales del Siglo XVIII y principios del XIX con la revolución industrial. Fiel a sus principios fundacionales de independencia, apartidismo y pluralidad, el Instituto lidera proactivamente la fusión entre la esencia y la innovación de la liberalización económica, como mejor modelo de afrontar los retos presentes y futuros de país, de Europa y del mundo.

NOTA DE INTERÉS: La información de este comunicado de prensa es un resumen de interés público proveniente de trabajos de análisis e investigación; de grupos y sesiones de trabajo de expertos y/o producción de artículos científicos del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada. Los documentos originales y completos son de uso interno y de titularidad exclusiva del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.