Cinco sectores que hay que liberalizar para impulsar el crecimiento económico y la creación de mercados abiertos

Informes y estudios, 08 de febrero de 2018

El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha identificado cincos sectores económicos que tienen que ser objeto de una liberalización a fondo de su funcionamiento para que se conviertan en motores del crecimiento económico, bien a través de la activación que provocarían o por el impulso a la creación de empleo que supondría ese cambio radical de su modelo operativo. Esos sectores son: la actividad portuaria, el servicio postal, el servicio de taxi, los alojamientos turísticos y las telecomunicaciones. La liberalización de esos sectores debe hacerse, según el estudio del Instituto, bajo criterios amplios que permitan las máximas cotas de libre funcionamiento de la actividad, pero con respeto riguroso a la seguridad jurídica, el cumplimiento de las obligaciones fiscales por parte de todos los implicados y la supervisión cercana de los organismos reguladores de la competencia.

Sobre estas materias ya se ha pronunciado la CNMC que en sus informes al Gobierno promueve la eliminación de actividades de cuasi monopolio y prácticas que restringen la competencia y en consecuencia las oportunidades de los empresarios.

1) Actividad portuaria. El análisis del Instituto señala que los recientes acuerdos para reordenar el sistema de estiba en los puestos españoles no suponen una liberalización real de acuerdo con las directrices de la Unión Europea. Se trata de una apariencia de acuerdo para mantener la actual situación y salvar la cara ante Bruselas, señala el Instituto. La estiba sigue siendo coto particular de un grupo de trabajadores que imponen unas condiciones de actividad en los puertos contraria a toda lógica empresarial. Cada operador logístico debe disponer de capacidad para contratar libremente la estiba según sus necesidades sin imposiciones ni obligaciones previas de ninguna clase, señala el Instituto.

2) Servicio postal. El Instituto considera que hay que separar de forma radical la actividad postal del resto de los negocios que actualmente desempeña la empresa estatal Correos. Actualmente hay una mezcla de recursos en Correos que hace que el dinero de los españoles que se destina a financiar la actividad postal se dedica a otros negocios, como la paquetería, en clara competencia desleal con otros operadores de este negocio. El Instituto propone crear una sociedad postal, financiada por el Estado, dedicada exclusivamente a garantizar el derecho de los ciudadanos a enviar y recibir correspondencia en cualquier punto del territorio. Esa sociedad debe obtener la concesión del servicio en libre competencia con otros operadores. Los recursos de Correos que no se dirigen a este fin exclusivamente postal deben traspasarse a otras empresas que deben funcionar con sus propios medios y bajo las reglas del mercado.

3) Servicio de taxi. En las granes poblaciones el servicio de taxi funciona como un cuasi monopolio. Aunque haya mercado secundario para las licencias, en la práctica es un coto cerrado. Una situación inasumible en el marco comunitario. Cualquier ciudadano tiene derecho a solicitar servicios de transporte urbano en vehículo con conductor a la carta, con lugar de recogida, itinerario pactado y precios visibles, predecibles y transparentes. Todo ello con sus correspondientes licencias y control fiscal. La Unión Europea respalda este tipo de licencias VTC y su expansión es imparable. Las autoridades locales no pueden ser rehenes del actual servicio de taxi, que cubre las necesidades del transporte urbano con otras condiciones. Modelos de negocio como Cabify o Uber han demostrado su eficacia en muchas grandes ciudades del mundo sin que los servicios de taxi tradicionales se hayan visto perjudicados. El servicio de Taxi debe asumir de forma ordenada y escalonada una lógica transición a la competencia, donde tendrá su espacio en la medida en que sea competitivo en el mercado.

4) Alojamientos urbanos. Pocas actividades tienen un nivel de diversidad tan grande como el turismo. Hay mil categorías de turista o viajero que necesitan otras tantas opciones de alojamiento y no pueden ser conducidos a una única opción monopolística. La liberalización de los alojamientos turísticos es esencial para mantener cifras millonarias de visitantes en un país como España y hacerlo sostenible. El fenómeno Airbnb es el paradigma de por dónde deben ir las cosas en este sector. Liberalizar no significa ley de la jungla, sino todo lo contrario. Transparencia, ordenación, cumplimiento legislativo, son esenciales en la apertura que debe sufrir este sector clave de nuestra economía, señala el Instituto.

5) Telecomunicaciones. Las redes de telecomunicaciones son propiedad de unas pocas empresas. Han invertido capital y tecnología para desarrollarlas y tiene derecho a obtener beneficio en su explotación. En este sector el Instituto señala que hay demasiadas limitaciones y obligaciones previas a la hora de que los dueños de esas redes las puedan comercializar en un régimen de amplia competencia. Se trata, señala el Instituto, de permitir que el mercado funcione y que sean los reguladores de la competencia los que diriman las disputas a posteriori. El análisis del Instituto semana que se produciría una reducción de precios trasladable a tarifas de usuarios.

Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas opina que “todavía existen muchas cortapisas a la libre competencia en muchos sectores esenciales para el crecimiento económico y la creación de empleo. Es necesaria una revisión general de actividades e impulsar un modelo de máxima competencia, máxima transparencia y máximo control de los que no cumplen. Modelos de regulación eficiente donde el papel del Estado se circunscribe a la vigilancia y control, y no a alterar la libre competencia, en beneficio de determinadas estructuras, como requisito esencial de calidad democrática, donde los modelos decimonónicos de los privilegios no deberían de tener cabida, ni siquiera para fidelizar el voto.”