En tiempos de tribulación, mejor no moverse
Artículos, 11 de junio de 2016
La OPEP y el BCE, reunidos la pasada semana en sus respectivas sedes, acordaron una acción similar: no moverse, haciendo bueno el dicho ignaciano o teresiano de no hacer mudanza en tiempos de tribulación, lo que proyectado sobre el entorno económico de ambos organismo pone de relieve que las cosas están lo suficientemente estables y en orden como para adoptar medidas.
Por lo que respecta a la OPEP, se decidió no tocar el nivel de producción situado en 30 millones de barriles diarios y de esta forma no fijó un nuevo techo a la producción.
Por su parte, el BCE cumplía con el guion y no implementaba cambios ni en los tipos ni anunciaba nuevas medidas de política monetaria. Además, en la actualización del cuadro macro también cumplía las expectativas al aumentar las estimaciones para el crecimiento y la inflación en 2016.
La decisión de los países petroleros supone aplicar una estrategia de esperar y ver cómo evoluciona el mercado tras la reciente recuperación del precio del barril. La próxima reunión ordinaria en Viena se celebrará el próximo 30 de noviembre, aunque no se descarta una reunión extraordinaria si la estabilidad del mercado de petróleo se ve amenazada.
El organismo presidido por Draghi, por su parte, fijaba nuevas proyecciones: para 2016, 1,6% frente a 1,4% proyectado en marzo, mientras que para 2017 mantenía sus estimaciones en 1,7% sin cambios y para 2018 las recortaba ligeramente hasta 1,7% desde 1,8% anterior. Por lo que respecta a la inflación, fijaba una estimación para 2016 de 0,2% frente a 0,1% estimado en marzo, para 2017 1,3% (sin cambios respecto a la proyección de marzo) y para 2018 de 1,6%, sin cambios sobre la última estimación.