La rentabilidad de la banca española entra en fase de despegue
Análisis, 13 de enero de 2016
2016 se presenta como el primer año de cierta normalidad para la banca española en lo que se refiere a requerimientos de capital, desde que se iniciara la profunda crisis financiera sufrida y cuya consecuencia más significativa ha sido un desplome de la rentabilidad de la industria (ROE- Return on equity) de 6,8 puntos en seis años, pasando del 12,1% al 5,3%.
Las mayores exigencias de capital al que han tenido que enfrentarse los bancos españoles como consecuencia de los activos improductivos generados por la crisis inmobiliaria, se han visto compensadas parcialmente por las políticas monetarias del BCE y todo lo que ellas han representado, lo que ha permitido, pese a todo, que se contenga la caída de la rentabilidad del sector en estos años. No hay que olvidar que la laxitud monetaria de los últimos años ha beneficiado sustancialmente a los sistemas bancarios periféricos, entre ellos al español.
De acuerdo con la información del BCE trasladada a las entidades españolas a finales del 2015, respecto a los requerimientos prudenciales de capital, aplicables tras el proceso de evaluación y revisión supervisora de la EBA (European Banking Authority), todos los bancos españoles se encuentran en situación de normalidad al cumplir con los requisitos de capital de máxima calidad exigidos.
En la ratio de capital requerida por el BCE están incluidos los colchones de capital para las entidades sistémicas determinadas por el Banco de España, aprobaba hace pocas semanas y que fijaba en el 0% el colchón de capital anticíclico para 2016.
La lista de entidades de importancia sistémica mundial del supervisor bancario español incluye a Santander y BBVA, mientras que las entidades de importancia sistémica a nivel local son Caixabank, Bankia, Popular y Sabadell. El colchón de capital exigido será del 0,25% para Santander y BBVA y del 0,0625% para CaixaBank y Bankia y 0% para Popular y Sabadell en 2016.
En un reciente informe elaborado por AFI, se ponía de relieve que uno de los principales lastres para conceder crédito y, por ende, que limita la rentabilidad de la banca española, era la acumulación de activos improductivos en balance, que a mediados del pasado año sumaban 238.000 millones de euros, entre crédito dudoso y activos adjudicados (8,8% del balance), con una cobertura media del 44%.
Los activos no rentables podrían estar reduciendo la rentabilidad anual del sector hasta en 5,4 puntos porcentuales: 1,2 puntos por la menor generación de ingresos financieros y en unos 4,2 puntos por las provisiones por deterioro.
Los analistas de AFI consideran que la rentabilidad del sector se situará en torno al 6-7% en los próximos ejercicios y que para mejorar esta ratio sería necesario acelerar la digestión de estos activos improductivos.