La banca norteamericana vuelve a ser la que era

Análisis, 11 de julio de 2015

Siguiendo la estela de lo señalado por el Fed tras la reunión de junio que reflejaba la mejora de la actividad económica patente en los datos del segundo trimestre, los últimos indicadores de la economía norteamericana apuntan a una importante mejora de la confianza de los consumidores en Estados Unidos en donde el índice de la Conference Board se elevó en junio en cerca de 7 puntos hasta alcanzar niveles de 101,4, muy por encima del 97,4 esperado. Con este rebote, la confianza de los consumidores volvió a máximos desde marzo.

Así las cosas, el debate sobre la primera subida de tipos y el tipo de equilibrio del Fed Funds, vuelven a cobrar plena actualidad, convirtiéndose el ritmo de subidas en 2016 en un aspecto crucial. Analistas de referencia convienen en señalar que el ritmo de subidas de tipos de la Fed será lento y en un contexto en el que buena parte de los principales bancos centrales están relajando la política monetaria, cabe esperar una subida más lenta que en otras ocasiones, para evitar así que una fuerte apreciación del dólar o una desaceleración en otros países tenga un impacto negativo sobre su evolución económica.

En este escenario cobra su importancia el comportamiento del crédito bancario en EEUU y que ha tenido una recuperación tardía, debido a la crisis financiera que provocó que los bancos tuvieran que centrarse en reponer capital y sanear los balances, endureciendo las condiciones de acceso al crédito. Es ilustrativo que hasta mediados de 2014 su crecimiento fue inferior al crecimiento nominal del PIB.

En el último año, sin embargo, el dinamismo de los préstamos se ha extendiendo a la mayoría de las categorías, incluidas las hipotecas, lo que tiene detrás una mejora en las condiciones de oferta y demanda que indican que el crédito bancario puede tener mayor protagonismo en la expansión de la economía que en los últimos años.

Hoy, la situación de los bancos estadounidense viene marcada por los siguientes parámetros:

  • Una situación saneada, habiendo elevado las ratios de capital para cumplir con holgura los nuevos estándares regulatorios y teniendo muy avanzado el proceso de saneamiento del balance.
  • La recuperación de los resultados de los bancos, que ha sido gradual desde el año 2010, se muestra cada vez más sólida. En el 1T15 el resultado neto mejoró un 7% interanual de la mano de una subida de los ingresos financieros y no financieros.

    La mejora de rentabilidad de los bancos depende de forma creciente de su capacidad para aumentar el volumen de crédito, pues el margen de intereses se ha estrechado a mínimos históricos, las comisiones han caído estructuralmente y las estrategias utilizadas hasta ahora para recuperar rentabilidad están agotadas.

  • El fortalecimiento de la economía ha hecho que se reduzca la morosidad hasta el 1,8% de los préstamos desde un máximo de 5,5% en el primer trimestre de 2010.
  • La demanda de crédito también está experimentando una mejoría cíclica en la mayoría de segmentos.

    Sin embargo, el crédito bancario afronta a corto plazo importantes retos relacionados con la subida de tipos de interés de la Fed que tiene efectos contrapuestos sobre los bancos, al mezclarse la mejora de los ingresos, debido al incremento de la volatilidad y al aumento del margen de intereses, con un encarecimiento del pasivo que limitará las posibilidades de recuperación del margen de intereses.

En todo caso y asumiendo que la subida de tipos de interés sea moderada, los analistas esperan que el crédito bancario mantenga un crecimiento ligeramente superior al PIB nominal, apoyado en el mantenimiento del dinamismo del crédito comercial y al consumo, junto con cierta mejora de las hipotecas a familias.

Fuente: Tendencias del Dinero