FG, el banquero que compraba caro
Análisis, 11 de noviembre de 2015
La banca española ha presentado sus resultados correspondientes al tercer trimestre del año y, pese a que el beneficio de las entidades cotizadas han subido un 50% hasta los 3.409 millones de euros, una cosa ha vuelto a quedar clara: la banca española suma dos trimestres de caída del margen de intereses y ello es consecuencia de unos tipos de interés en el mínimo histórico del 0,05% que mantiene el BCE desde septiembre de 2014 y que está haciendo muy difícil que las entidades desarrollen su negocio.
De entre todos los bancos que han presentado resultados, el común denominador tiene que ver con el hecho de que ganar dinero con la diferencia entre lo que se cobra por prestar dinero y lo que se retribuye a los depositantes en el mercado doméstico, está estancado y solo sube un 4% en un año marcado por la recuperación económica. De 15.064 millones hasta septiembre de 2014 ha pasado a 15.713 millones en el mismo período de 2015.
Pero dejando al margen ese mal, común a todos los integrantes de la industria, la mayor cuota de protagonismo ha recaído en la presentación de resultados del BBVA que, pese a haber ganado más de 1.700 millones de euros y crecer sus márgenes a doble dígito, ha reportado una caída de beneficios de un 11,8% con respecto al mismo periodo de 2014 como consecuencia del impacto del que era el primer trimestre en el que se consolidaba su participación en el banco turco Garanti, en el que el BBVA posee un 39,9%. La Bolsa castigaba al banco de forma severa.
“No hay que jugarse el banco a una adquisición, o dos, o tres, o para que el ego suba y presumir de tener un banco más grande”. La frase corresponde a Francisco González publicada en El Mundo en enero de 2009, y muchos la interpretaron como un ataque del presidente del BBVA al que fuera presidente del Banco Santander, Emilio Botín.
El banquero “prudente”, como le gustaba presentarse a FG, en contraposición del, según él, “arriesgado” Botín, no ha tenido más remedio que hacer frente, en años posteriores, a saneamientos por importe de 6.675 millones, precisamente por las compras realizadas a lo largo de su mandato.
El primer tropiezo serio lo experimentó con el cierre de resultados de 2011 y fue una provisión de 1.011 millones para sanear la carísima inversión que había hecho en Estados Unidos, donde invirtió 10.070 millones de euros en la compra de cinco bancos. Una “brillante” decisión si se tiene en cuenta que en 2014 ganó 428 millones de euros en EEUU, de manera que el retorno de la inversión fue de poco más del 4%.
Después del saneamiento de Estados Unidos, vino el de China en el cuarto trimestre de 2014, la que fuera gran inversión estratégica de González ¬-quien no está en China, no está en el mundo, decía-, que supuso un cargo contra resultados de 2.374 millones de euros.
Un trimestre después le llegó el turno a Venezuela; aquí el coste fue de 1.450 millones de euros, pero en vez de cargarlo contra resultados lo llevó contra reservas.
Finalmente, en la presentación de resultados del tercer trimestre, FG saneaba la inversión en Turquía, donde hacía una provisión de 1.840 millones para cubrir el sobreprecio que pagó por el 25% que adquirió del banco turco Garanti e igualar el precio por acción de esa compra con el que recientemente pagó al adquirir un 14,9% adicional de este banco.
Estos tres últimos saneamientos los ha hecho en trimestres intermedios y ha sido el consejero delegado quien ha tenido que dar la cara con las explicaciones. Ángel Cano argumentó el saneamiento de Venezuela, que les va a seguir dando dolores de cabeza, y a los pocos días fue sustituido. Ahora, ha sido el recién estrenado Garanti, Torres, quien ha tenido que explicar la mala noticia turca.
No pasarían de ser las consecuencias de quien se arriesga e invierte, si no fuera porque FG tiene la costumbre de ir dando lecciones por la vida y eso lo tienen en cuenta -y mucho- los colegas del antiguo corredor de comercio devenido a banquero.
Es el mismo banquero que explica a sus colegas que no hay que pagar dividendo en acciones (lleva varios años haciéndolo); que dice que BBVA era el único banco que no había hecho ampliación de capital durante la crisis (luego aprovecha las compras para ampliar capital por encima de lo que la compra requiere); la única entidad sin pleitos (tiene centenares, quizás miles, por las cláusulas suelo); el que tiene los mejores ratios de capital (acaba de salir con el core capital fully loaded más bajo de los seis grandes de la banca española) y va con su iPad por el mundo dando clases de digitalización a la banca mundial.
En aquella fatídica rueda de prensa de finales de enero de 2009, que se produjo el mismo día que Rodrigo Rato era investido Doctor Honoris Causa en Economía por la Universidad Juan Carlos I, “González enumeró las virtudes de su gestión: la prudencia en la toma de riesgos; la fortaleza de capital y la agilidad que tiene porque el tamaño de su balance no es grande”, así lo recogía la crónica de Iñigo de Barrón para El País.