¿Donde se mete Arias Cañete?
Análisis, 26 de septiembre de 2015
Cuando va a cumplirse un año desde que Arias Cañete recibiera el plácet como comisario europeo de Acción por el Clima y Energía y a falta de poco más de dos meses para que se celebre en Paris la XXI Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con el principal objetivo de llegar a un nuevo acuerdo internacional sobre el clima previsto para después de 2020, el único alto representante español en las instituciones europeas, guarda un preocupante silencio muy alejado de la personalidad dicharachera a la que nos tenía acostumbrado en su etapa de ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del gobierno de Rajoy.
En círculos próximos a la Comisión Europea, se valora el escaso peso específico del político español en la política energética y de medio ambiente de la Unión Europea, siendo el eslovaco Maroš Šefcovic, Comisario europeo de Unión de la Energía, el que ejerce como responsable de los asuntos relacionados con el clima y el que figura como representante efectivo en estos asuntos. Recordar que el nombramiento de Arias Cañete fue el resultado de un gran pacto entre el presidente de la Comisión, Juncker, y el líder de los socialistas, Pittella, que tuvo, al parecer, dos contrapartidas: las responsabilidades de Desarrollo Sostenible pasaron a ser del vicepresidente Timmermans y un papel protagonista en materia de clima fue a parar a Šefcovic.
La política de la Unión Europea relacionada con el clima está compuesta por una serie de medidas que tienen su horizonte en 2030 y que incluyen un objetivo obligatorio de recorte de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de “al menos” un 40 %, uno de renovables de al menos el 27 %, vinculante a escala europea, y otro “indicativo” de eficiencia energética del 27 %.