chile populismo

Las barreras a la inversión extranjera, las carencias en I+D y la falta de mano de obra cualificada amenazan el futuro económico de Chile

Análisis, 27 de noviembre de 2019

La excesiva dependencia de las exportaciones del sector minero y especialmente del cobre, unido a una explosión de políticas populistas con violentas protestas sociales amenazan la estabilidad económica de Chile y la gobernabilidad del país. Este es uno de los principales aspectos que necesitan ser redirigidos para que pueda afrontar los retos económicos de futuro que se le plantean. Así lo concluye el segundo análisis que el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha realizado sobre la situación económica y social de Chile, y que también apunta otros aspectos clave a mejorar como son la apuesta por el I+D o la formación de mano de obra cualificada para mantener a flote la economía del país.

Chile ha sido considerado tradicionalmente un referente económico, un modelo que ha cimentado una macroeconomía fuerte y estable que ha permitido reducir progresivamente las desigualdades sociales, con una sólida base de instituciones fuertes y estables, en medio de un contexto regional poco propicio.  Este modelo se encuentra en peligro, los conflictos sociales han marcado la agenda política de los últimos gobiernos chilenos llevando al país a una ralentización del crecimiento. De la imposición con violencia de ideas demagógicas que, lejos de conseguir resolver las legítimas demandas sociales, ha seguido incendiando las calles con disturbios que están alentados por grupos extremistas radicales, de la más variada calificación ideológica en el ámbito de la extrema izquierda. Estos grupúsculos encuentran su caldo de cultivo en un escenario político actual en el que convergen unos partidos nuevos que se encuentran alejados del centro y que cuentan con un innegable potencial de crecimiento y ciertas dosis de populismo. La tendencia populista se traduce en medidas proteccionistas, generando una desaceleración en la evolución de las finanzas y ha provocado que Chile haya perdido competitividad dentro del mercado internacional, fomentado por la preocupación y desconfianza de la clase empresarial y de los mercados en general.

La gobernabilidad se resiente por la falta de grandes mayorías en la derecha, en ambas cámaras, y por una fragmentada izquierda en la oposición que está desbordada por los movimientos radicales y violentos de partidos radicales, más dispuestos a romper la cohesión social que a buscar soluciones políticas para los problemas de los chilenos.

Necesidad de reformas

Para hacer frente a este futuro incierto, el Instituto Coordenadas cree que Chile debe afrontar sus debilidades internas y abordarlas con importantes reformas.

En primer lugar, la economía chilena es especialmente dependiente de las exportaciones de cobre, lo que provoca que el país andino se vea afectado de forma cíclica por recesiones propias de la evolución de los mercados internacionales. En este sentido, las consecuencias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China también afectan gravemente a Chile ya que el 35% de las exportaciones chilenas de cobre se dirigen al país asiático. Por ese motivo, el desarrollo económico requiere de un impulso a industrias no vinculadas a las materias primas, que potencie otros sectores productivos y comerciales del país.

En segundo lugar, el análisis pone el foco en la necesidad de propiciar la inversión de capital extranjero. Resultan innegables las ventajas que las inversiones extranjeras en Chile han aportado al crecimiento del país, colaborando a un sustancial incremento de los ingresos fiscales, un estímulo del capital humano y un mayor desarrollo empresarial.

El sistema financiero internacional valora muy positivamente la inversión extranjera por lo que es imprescindible potenciarla simplificando la excesiva burocratización y mecanismos de control ineficientes al que muchas veces está sometida la actividad de empresas concesionarias en Chile. En este sentido, el gobierno fija unas condiciones especialmente disfuncionales para el cumplimiento, y en ocasiones, entran en colisión con una actividad productiva y una calidad de servicio que difícilmente se pueden llegar a cumplir.

El cambio de políticas económicas de la última década ha causado la caída inversiones extranjeras, con las consiguientes rebajas de las calificaciones crediticias y una menor credibilidad internacional. Una desconfianza que si no se resuelve prontamente empezará a hacer mella entre el empresariado tanto nacional como extranjero.

Sin una mayor inversión privada será difícil conseguir la diversificación de la industria necesaria para desprenderse de la dependencia del cobre, también será complicado crear una fuerza de trabajo de calidad que mantenga el desempleo a raya y que reduzca las desigualdades sociales.

“Chile es todavía, para los empresarios extranjeros, uno de los países con mejores perspectivas para la inversión porque cumple con los preceptos básicos para los negocios: transparencia y seguridad jurídica; estabilidad social y fortaleza económica”, asegura Jesús Sánchez Lambás, Vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas, que añade que “no obstante, para que Chile pueda seguir siendo líder en la región, debe mejorar la técnica de los modelos regulatorios, la excesiva burocracia, y seguir apostando por la inversión extranjera y por proyectos de colaboración público-privada”.

Otros aspectos clave a tener en cuenta tal y como pone en relieve este análisis es que Chile acusa una deficiente apuesta por I+D+i, una mano de obra poco calificada y especializada, una red de energías vulnerable, unas infraestructuras limitadas y una reseñable debilidad en industrias de red. En este sentido, resulta prioritario invertir en innovación y mejorar las fórmulas de colaboración entre Estado, sector privado y universidades. Reforzar el vínculo entre educación y mercado laboral y promover la inclusión, la conciliación y el rol laboral femenino, uno de los retos de justicia social que constituye en sí mismo una emergencia. Todo ello, para cualificar los negocios y conseguir una fuerza de trabajo empoderada y mejor capacitada.

Mantener el crecimiento y reducir la exposición de Chile a riesgos externos, se debe apostar por facilitar la movilidad laboral, reducir la burocracia, mejorar el sistema de pensiones y fortalecer el sistema financiero. La consolidación fiscal mediante un ordenamiento tributario prevista a medio plazo también será fundamental para estabilizar la deuda, consolidar la confianza y ayudar a impulsar la inversión privada.

Como apunte final, destacan los desafíos en el frente social, que pasa por mejorar la calidad de los servicios de salud y educación y potenciar unas políticas inclusivas, todas ellas clave para reducir la desigualdad social y erradicar la pobreza, recuperar el valor de las clases medias que se ha desplomado y luchar contra el deterioro del medio ambiente en uno de los mejores países en cuanto a diversidad y riqueza medioambiental. Un recurso más relevante a largo plazo que el cobre.

El paso atrás del referente en Latam

La historia reciente de Chile, marcada por casi 30 años de democracia y por una política económica aperturista, es el prototipo latinoamericano de crecimiento económico y social. La economía de Chile es la quinta mayor de su región en términos de producto interior bruto (PIB) nominal, a la vez que posee la renta per cápita más elevada de América Latina, sin constituir una de las grandes conurbaciones de la región.

Las políticas económicas chilenas, que tradicionalmente se han basado en el principio de la transparencia del capital y la no discriminación contra los inversores extranjeros, constituyen una de las fortalezas de Chile. No en vano, Chile ha sido clasificado por Forbes como el mejor país para hacer negocios de América Latina.

Asimismo, el desempleo del país andino ha caído a niveles históricos (6%), se ha reducido la pobreza extrema (del 3,7% al 2,8%) y se estrecha la tasa de desigualdad. El gasto público se sitúa en niveles del 21% del PIB, sobre un presupuesto equilibrado, una deuda estatal inferior al 12% del PIB y una inflación moderada.

Un panorama que ha retrocedido significativamente en la última década al implantar medidas populistas frente a la presión social. De hecho, los aspectos destacados en el análisis realizado por el Instituto Coordenadas, coincidentes con el diagnóstico de grandes instituciones económicas de nivel mundial, explican el retroceso que ha sufrido el atractivo económico de Chile, incluso superado en ocasiones por otros mercados como el mejicano, que influye en las inversiones internacionales potenciales, con todo lo que supone para el país.

SOBRE EL INSTITUTO COORDENADAS DE GOBERNANZA Y ECONOMIA APLICADA

Institución de pensamiento e investigación sobre “las cuestiones de nuestro tiempo” impulsando la interacción entre gobernanza y economía aplicada para progresar en los tres pilares del mundo postmoderno: bienestar social, progreso económico con justicia social y sostenibilidad ambiental; con funciones propias de los “amigos del País” y las Sociedades de Fomento en el XIX . Fiel a sus principios fundacionales de independencia y pluralidad, el Instituto lidera la fusión entre la esencia e innovación de la liberalización económica y social, como mejor modelo de afrontar los retos presentes y futuros de país, de Europa y del mundo en una sociedad globalizada e hiperconectada.

NOTA DE INTERÉS: La información de este comunicado de prensa es un resumen de interés público proveniente de trabajos de análisis e investigación de sus miembros y colaboradores del Instituto Coordenadas para la Gobernanza y la Economía Aplicada. Los papeles de trabajo son de uso interno y de titularidad exclusiva del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.