Apunte hagiográfico de Goiri
Análisis, 09 de julio de 2015
El martes 7 de julio, tres años y cuatro meses después de que José Ignacio Goirigolzarri Tellaeche fuera nominado como presidente de Bankia, la entidad financiera que ha cargado con el sambenito de ser símbolo de la grave crisis financiera que asoló a las cajas de ahorro españolas, abonaba el primer dividendo de la historia de la entidad a sus accionistas. En total, 201.553.249,52 euros de los que el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), recibió 127,58 millones de euros.
No se ha cumplido siquiera el periodo de tres años que contemplaba el Plan Estratégico diseñado por la entidad, en estricto cumplimiento del especialmente duro Memorandum of Understanding (MOU) exigido por la Troika, que obligó a la entidad nacionalizada a un plan de ajuste de caballo, que suponía reducir la capacidad del banco, tanto en términos de red comercial como de plantilla, para garantizar su viabilidad. En total, reducir el número de sucursales en casi un 40% y prescindir de uno de cada tres trabajadores.
Los críticos, no se apearán de enarbolar la bandera de los cerca de 20.000 millones de ayudas públicas que recibió Bankia, para reclamar su devolución al contribuyente, ignorando que la salvación de Bankia llegó a convertirse en el reducto o muro de contención