Elogio de una política empresarial: la educación una rentable apuesta de patrocinio
Artículos, 23 de junio de 2016
En las antípodas de la obra de Erasmo de Rotterdam “Elogio de la locura”, son pocas las ocasiones en que las sociedades modernas y sus representantes mediáticos encuentran hueco para el reconocimiento de “la responsabilidad social” o el “compromiso cívico” de un determinado número de empresas que, además de tratar de ganar dinero, dedican una pequeña parte de sus recursos o de sus beneficios a becar o a ayudar a estudiantes universitarios a costearse su ampliación de estudios en el extranjero.
Lejos del halago fácil, iniciativas como la que hace unas semanas presidieron los reyes, referidas a la concesión de 120 becas a estudiantes universitarios para que puedan costearse sus estudios en el extranjero, iniciativa que tiene su origen en 1982 y a cuyo fin la Obra Social La Caixa ha destinado cerca de 139 millones de euros, merecen no solo el reconocimiento sino el elogio a una labor que, como señaló Felipe VI, ayuda a construir capital humano y crear redes y estructuras de cooperación académica, social y científica, convicciones que hacen “verdaderamente grandes a las organizaciones”.
Lejos de la acuñada responsabilidad social corporativa o responsabilidad social empresarial, en demasiadas ocasiones términos vacios de contenido y con más intención de mejorar la situación competitiva y el valor añadido de la empresa, apostar por el mundo de la universidad o de la educación se ha demostrado no solo un mecanismos eficaz, sino una poderosa herramienta que permite a la empresa hacer buena la manida frase de “devolver a la sociedad una pequeña parte de lo que …”
El programa de becas de la Caixa ha logrado convertirse en un referente entre la comunidad universitaria, distinguiéndose entre la oferta general de becas en España. Es el programa que convoca un mayor número de becas para realizar estudios de posgrado en el extranjero. De igual modo, la Caixa también es la entidad privada que destina más recursos a este tipo de iniciativas y de ella se han aprovechado cerca de 3.000 estudiantes españoles, que han pasado por las mejores universidades del mundo en los últimos treinta años.
Algo similar cabría decir de un proyecto sobresaliente de otra entidad financiera como Banco de Santander que, como en el caso de La Caixa, entendió hace dieciséis años las bondades y supuesta rentabilidad de invertir en el sector de la enseñanza universitaria y que bajo la denominación de Universia se ha convertido en una potente red universitaria constituida por más de 1.400 universidades de 23 países latinoamericanos, que representan a más de 19 millones de estudiantes y profesores cuyo objetivo es promover el cambio y la innovación a través de una plataforma de productos y servicios para la comunidad universitaria y las empresas.
Bajo el paraguas de Universia y de su Fundación, tienen cabida proyectos de investigación, publicaciones académicas, fomento del primer empleo, prácticas profesionales, ofertas de trabajo o la concesión de becas que pretenden fomentar la integración sociolaboral de las personas con discapacidad, contribuyendo a hacer efectivo el principio de igualdad de oportunidades a través de una educación inclusiva.
No se queda atrás en esta labor de mecenazgo, Amancio Ortega, el dueño de Inditex y uno de los tres hombres más acaudalados del mundo, que lo mismo dona 40 millones de euros a la sanidad andaluza, que financia con 17 millones la renovación y mantenimiento de todos los aparatos de diagnóstico y tratamiento del cáncer en la sanidad pública gallega, que entrega a Caritas otros 40 millones de euros para que continúe con su labor humanitaria, que invierte 235 millones de euros a lo largo de los últimos 15 años en mejorar la educación de adolescentes españoles y en ayudar al bienestar social de los más necesitados, lo que se traduce en que quinientos estudiantes españoles que este mes terminan la educación secundaria obligatoria (ESO) viajarán, gracias a la Fundación Amancio Ortega, el próximo curso a EEUU y Canadá para estudiar allí primero de bachillerato.