¿No habíamos quedado en que Draghi era el jefe de los mercados?
Análisis, 08 de diciembre de 2015
Siguiendo la pauta a la que nos tiene acostumbrado, el BCE decidió sorprender a los mercados, aunque en esta ocasión siendo más timorato y menos agresivo de lo que se esperaba y demostrando que no es cierto, como se viene aireando desde algunos ámbitos, que Draghi sea el representante de los mercados en la autoridad monetaria de la zona euro. Y se encargaron de hacérselo saber con un endurecimiento de las condiciones monetarias en la práctica totalidad de activos. En definitiva, una reacción dura plasmada en una apreciación del euro, un repunte de tipos core, un aumento de diferenciales en la periferia y caídas generalizadas en bolsa.
No fue suficiente la intensidad de las medidas adoptadas por el BCE para relajar su política monetaria. Los mercados esperaban otra cosa desde ya, como hubiera podido ser una bajada del tipo depo de al menos 20pb y tanto la extensión del programa de compra como un aumento del volumen de éstas. Todo parece indicar que para que las medidas tuvieran un apoyo generalizado en el seno del BCE, Draghi tuvo que limitar su magnitud, aunque la autoridad monetaria de Fráncfort haya decidido guardarse munición por si la evolución de la inflación sigue decepcionando.
Y no puede decirse que Draghi fuera ajeno al desencanto de los mercados, ya que fue el propio presidente del BCE, en sus intervenciones públicas, el que había provocado que se esperase una actuación agresiva.
Así las cosas, la lógica de los mercados, que tan defraudados se han sentido con las decisiones del BCE, indica que el anuncio de la reinversión de los principales tiene como objetivo mantener un nivel de liquidez abundante, pero los mercados no aprecian que implique una relajación significativa de la política monetaria. Por lo que respecta a la inclusión de la deuda regional y local, se interpreta que es para que el BCE no encuentre problemas para alcanzar el volumen de compras fijado.
Pero como la esperanza es lo último que se pierde, el BCE dejaba claro que mantiene el mensaje de que el programa puede ser extendido y que se dispone de instrumentos para relajar la política monetaria de forma adicional si fuera necesario, en “tamaño, composición y duración”.
Esta primera oleada de medidas del BCE, tendente a aumentar la inflación en la zona euro, coincidía con el anuncio de que ésta en el mes de noviembre, se situó en el 0,1%, igualando el registro de octubre y retrocediendo la inflación subyacente hasta el 0,9% tras el 1,1% publicado en octubre.
El objetivo de la ampliación de la política expansiva del BCE tiene como fundamento recuperar una tasa de incremento de los precios cercana al objetivo del 2%.