Irán se convierte en árbitro del mercado petrolero

Análisis, 20 de julio de 2015

Uno de los principales focos de preocupación en el mercado de petróleo está en las expectativas de que Irán alcance un acuerdo con Estados Unidos y con el resto de potencias con las que negocia, en virtud del cual, el país islámico reduciría drásticamente su programa nuclear a cambio de que se eliminen las sanciones impuestas al país.

Las conversaciones entre Irán y seis potencias mundiales (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) se han alargado durante 20 meses y aunque, en principio, el plazo límite para alcanzar un acuerdo definitivo expiraba el 30 de junio (a primeros del mes de abril se llegó a un principio de acuerdo), éste fue ampliado inicialmente siete días y posteriormente hasta el pasado viernes.

Aunque, según las fuentes, las negociaciones están completas en un 95%, es el 5% restante el que está dando problemas. El principal escollo en las negociaciones sigue siendo el embargo de armas impuesto por la ONU. Irán pide que se retire y Estados Unidos se niega.

El levantamiento de las sanciones a la exportación de crudo iraní es susceptible de alterar de manera apreciable el balance de oferta y la demanda de crudo:

  • Irán es el cuarto mayor productor de crudo de la OPEP por detrás de Arabia Saudí e Iraq y a corta distancia de Emiratos Árabes. En 2012, el país exportaba 2,5 millones de barriles de petróleo al día, aunque actualmente, con las restricciones sobre sus ventas de petróleo, esa cifra ha quedado reducida a los 1,1 millones de barriles. Según la Agencia Internacional de la Energía, su máxima capacidad de producción ascendería a los 3,6 millones, frente a los 2,8 millones de barriles que produce actualmente, lo que el país islámico estaría en condiciones de poder alcanzar en unos pocos meses.
  • Además, se estima que el país cuenta con unos 30 millones de barriles de petróleo almacenados listos para ser vendidos, ya que Irán ha estado almacenando el crudo producido ante la imposibilidad de exportarlo.

No obstante, aunque se alcance ya un acuerdo definitivo, las sanciones sólo se retirarán tras el visto bueno de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que probablemente llegaría en la segunda mitad de este año, y se procedería a ello de forma gradual, lo que retardaría el impacto físico sobre el mercado.

Los avances en las conversaciones sobre el programa nuclear iraní no solo ponen en duda las pasadas previsiones sobre su producción futura, sino que también han animado a otros productores a aumentar su oferta y a vigilar su cuota de mercado ante un potencial regreso de la oferta de Irán al mismo. De hecho, la producción de petróleo de la OPEP alcanzó en el mes de junio una cifra de 32,1 millones de barriles diarios, por encima del objetivo de producción de la organización, que es de 30 millones de barriles diarios.

Por otro lado, según las cifras publicadas el martes por la Administración de Información de la Energía (EIA), la producción de petróleo en Estados Unidos alcanzó en abril un nivel récord 9,7 millones de barriles por día. Cabe destacar que la producción ha continuado expandiéndose en 2015, pese a la significativa caída que han experimentado el número de plataformas en operación, ya que las plataformas que se han cerrado han sido las menos eficientes.

Por lo que se refiere a la demanda de petróleo, los signos de crecimiento más lento de China, y las recientes profundas caídas en su mercado de renta variable, hacen temer que se reduzca la demanda desde el país que actualmente es el mayor importador de petróleo, tras superar a EEUU el pasado mes de mayo.

En suma, la dinámica en el mercado de crudo sugiere que el exceso de oferta tardará en corregirse más tiempo del esperado inicialmente, particularmente si las partes negociadoras llegan a un acuerdo y se levantan las sanciones contra Irán, lo que seguirá favoreciendo un entorno de precios bajos.

Fuente: Tendencias del Dinero