¿Tiene límite el tamaño del sector turístico español?

Artículos, 24 de octubre de 2016

Los últimos datos hechos públicos por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) correspondientes al mes de septiembre, según los cuales los aeropuertos de la red registraron 23.189.171 pasajeros -un 10,3% más con respecto al mismo mes de 2015-, que se debe fundamentalmente al comportamiento del sector turístico, como sugiere el incremento de algunos de los aeropuertos más ligados al turismo como, Málaga ( 15,9%), Alicante ( 18,0%) y Gran Canaria ( 16,4%). Las cifras vienen a apoyar las estimaciones de la Secretaría de Estado de Turismo, según las cuales se prevé alcanzar los 74 millones de turistas internacionales al cierre de este año.

La red de AENA acumula ya 32 meses consecutivos de crecimiento del número de pasajeros y el aumento interanual vuelve a ser superior al 10%.

De confirmarse las previsiones realizadas, se superaría en ocho millones la cifra de turistas extranjeros que visitaron España en 2015, cuando se alcanzó la cifra histórica de 68 millones. Asimismo, el gasto sobrepasaría en 6.700 millones de euros la cantidad del pasado ejercicio, cuando se registraron 67.383 millones.

Las cifras récord que se manejan en el sector turístico no han hecho sino elevar el nivel del debate sobre si beneficia al sector y a la economía española esta evolución, para muchos desmesurada, y que es consecuencia, en parte, de las incertidumbres existentes en otros habituales destinos turísticos.

No pudiendo olvidar que el sector turístico ha sido y es uno de los sectores básicos de la economía española, con un peso directo en el PIB superior al 12% y que es el responsable de más de dos millones de empleos, lo cierto es que existen zonas y territorios en donde, según los meses, la presión turística se hace insostenible y en ello coinciden los habitantes de estas zonas e incluso los propios turistas que, como es el caso de Baleares, Levante o Barcelona, perciben la masificación turística como un “problema emergente”. Hasta tal extremo se ha llegado este verano que, según las encuestas que se realizan, son los propios turistas de las zonas saturadas los que se muestran críticos con la situación.

Frente a la teoría de que jamás sobran turistas sino que, en todo caso, falta organización, lo cierto es que en ciertas zonas los problemas de infraestructuras, como las aguas, la depuración de las mismas o las carreteras, y los medioambientales generados por la masificación turística, están alcanzando cotas de saturación que pueden llegar a ser irreversibles y ello sin contar con que cuando existe exceso de demanda la oferta puede que no cumpla con los estándares esperados y los precios se disparen.

Donde sí parece existir un cierto consenso es en la necesidad de mejorar la política del sector, y poner herramientas para conseguir atraer un turismo más exigente con nuevos productos y mayor calidad, así como lograr diversificar la estacionalidad y aumentar la estancia media.

Fuente: Tendencias del Dinero