La frustrada operación de venta de la compañía O2 de Telefónica a Hutchison, por mor de un discutido veto de la Comisión Europea, empieza a tener consecuencias, la primera de las cuales es la sustitución del consejero delegado de Telefonica UK, Ronan Dunne, por Mark Evans, hombre de confianza del nuevo presidente de Telefónica, Álvarez-Pallete, nombramiento que puede suponer el primer paso de una futura salida a Bolsa de O2.
Telefónica presentará el próximo 28 de julio los resultados correspondientes a los seis primeros meses del año y en sus cuentas destacará la novedosa aportación de la filial O2 UK, compañía que vuelve al perímetro de la multinacional tras cinco trimestres al margen.
De acuerdo con los datos que circulan y que no están confirmados, Telefónica podría colocar en Bolsa entre un 30% y un 40% del capital de O2. La operadora, que captaría entre 3.000 y 4.000 millones de euros, seguiría consolidando O2 por integración global, con lo que no tendría que reducir deuda en un volumen tan grande como si se vendiera la totalidad del capital de la filial para cumplir con el ratio de deuda neta frente a EBITDA.
En paralelo a esta operación y en una demostración de que la vida no se acaba con el duro golpe recibido de la Comisión Europea, la teleco española ha anunciado la venta de un 1,5 % de su participación en China Unicom, por un total de 322 millones de euros y que se encuadra dentro de la estrategia del grupo de vender participaciones no relevantes, tras la fallida venta de 02, con objeto de reducir un endeudamiento que supera los 50.000 millones de euros.
Aunque la desinversión no parece que vaya a generar plusvalías a Telefónica, la decisión está en línea con las demandas de analistas y de las agencias de calificación para que afronte operaciones de calado con objeto de aligerar el balance y evitar así una bajada de rating y su consiguiente aumento de los costes de financiación.
En esa línea pueden ir operaciones menores, como la reducción de su participación directa en Indra (3,16%) o el extendido rumor de abandonar México en donde Telefónica, tras dieciséis años, sigue manteniendo una fuerte pugna con Telcel, propiedad de América Móvil de Carlos Slim, que domina el 66% del mercado o con la norteamericana AT&T cuya cuota de mercado supera el 10%.