La calvinista Alemania discute a los países mediterráneos el liderazgo de la trampa y el engaño
Artículos, 21 de septiembre de 2016
Algo está cambiando en el mundo. Hasta ahora, la propaganda centroeuropea y nórdica endosaba a los latinos europeos la nada atractiva leyenda de pícaros, trileros o simples estafadores dedicados a explotar al incauto visajero. Los multimillonarios fraudes detectados en los últimos meses al Deutsche Bank y a la automovilística Volkswagen obliga a redefinir la negra y denigratoria teoría.
El Departamento de Justicia de los EE.UU. podría sancionar al Deutsche Bank con hasta 14.000 millones de dólares lo que representa el 42,0% de sus ingresos, el 18,5% de sus recursos propios y casi el 70,0% de la capitalización bursátil de la entidad. La reclamación de las autoridades norteamericanas con el proceso de venta de titulización de hipotecas, realizada por el banco alemán o lo que es lo mismo por comercializar con hipotecas basuras.
El primer banco alemán no para de hacer frente a reveses de todo tipo y cuya consecuencia fueron unas pérdidas históricas en 2015 superiores a los 6.000 millones de euros. La acción del banco alemán hace diez años rondaba los cien euros mientras hace un par de semanas no llegaba a los doce.
El escándalo del banco alemán viene a unirse a la compañía automovilística de la misma nacionalidad Volkswagen a la que hace poco más de un año la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de EE.UU. desvelara un fraude de 20.000 millones de euros, que afectaba a once millones de coches producidos por la automovilística alemana.