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Larga vida al dinero en efectivo: el 53% de los consumidores prefiere el efectivo

Disrupción modelo en medios de pago, 04 de diciembre de 2019

El dinero en efectivo y su uso como método de pago, tal y como se le conoce hoy en día, no va a desaparecer. Esa es una de las conclusiones a la que se ha llegado en el seminario “¿Hacia la desaparición del dinero en efectivo?”, organizado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada y en el que han participado Concepción Jiménez, directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España; Roberto Tornamira, secretario federal del Sector Financiero, Oficinas y Seguros de la Unión General de Trabajadores (UGT); José Luis Martínez Campuzano, director portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB); y Eduardo Cobas, secretario general de la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser). Por parte del Instituto Coordenadas han intervenido su director análisis, Carlos Díaz Güell, y su presidente, Jesús Sánchez Lambás, que actuó de moderador.

Durante el encuentro, se ha puesto de manifiesto que el volumen del efectivo en circulación sigue creciendo de manera sostenida en todos los países del mundo, con la única excepción de Suecia donde ya se están tomando medidas para su reactivación, lo que es indicativo de la buena salud de la que disfruta este método de pago. “En el caso del Eurosistema, el crecimiento del efectivo en circulación desde 2002 es de un promedio anual del 5%. Si nos basamos en esta variable, el uso del efectivo sigue aumentando”, explicó Concepción Jiménez.

Asimismo, Jiménez destacó que, según la última encuesta anual del Banco de España sobre tipos de pago más habituales, que data de 2018, el 53% de los consumidores prefiere el efectivo, a lo que hay que añadir que el 87% de las transacciones españolas en punto de venta se realizan con dinero físico, tal y como determina un estudio de 2017 del Banco Central Europeo. “En todos los países del mundo, el volumen de efectivo en circulación sigue aumentando a pesar de que los pagos electrónicos siguen creciendo también, por lo que no hay una evidencia clara de la desaparición del efectivo. De hecho, la preferencia en el efectivo se mantiene y a pocas sociedades las podemos definir como cashless o lesscash”, determinó.

Esta idea fue apoyada por Eduardo Cobas, que inició su intervención afirmando que es rotundamente falso que vaya a producirse la desaparición del dinero en efectivo. Para argumentar esta afirmación, recurrió a estadísticas recogidas por Aproser, según las cuales se ha registrado un crecimiento sostenido del efectivo a lo largo del tiempo. En concreto, en el primer semestre de este año, el crecimiento fue del 2%, un nivel muy similar a años anteriores. “Paradójicamente, no solo el efectivo no está disminuyendo, sino que entre la gente más joven, esa que pertenece a la generación digital, existen unos mayores niveles de incremento del uso del dinero en metálico”, aseguró.

Siguiendo con la continuidad del efectivo, José Luis Martínez Campuzano aseguró que es el cliente quien manda al respecto y el que debe de elegir la forma en que desea materializar y hacer uso de su dinero. Y, aunque es consciente de que la digitalización es un proceso imparable, no todo sirve para que los usuarios dejen de lado el dinero en metálico: “Pagar con efectivo es muy fácil y aceptado de forma general. Cualquier alternativa debe mostrar una clara mejora para que los ciudadanos cambien de hábito”.

Convivencia de diferentes métodos de pago

La libertad de elección a la hora de pagar por parte del ciudadano fue uno de los conceptos en los que más hincapié se hizo durante el encuentro. Para ello, se abogó por la necesidad de que exista un sistema de pagos en el que convivan diferentes métodos. “El futuro del efectivo es el que el público decida. Lo importante es disponer de todos los sistemas de pago, tener la posibilidad de utilizar efectivo o tarjetas a conveniencia del consumidor, del momento y de la cantidad que se vaya a pagar”, explicó Concepción Jiménez.

Además, añadió que, desde el punto de vista del Banco de España, “somos neutrales en este debate de si favorecemos el efectivo o los medios digitales de pago. De alguna manera ambos son canales útiles y lo fundamental es que exista la posibilidad de escoger uno u otro. Nuestra labor es satisfacer la demanda de los individuos y mantener un ciclo de efectivo eficiente que incluya la provisión de dinero metálico a todos los rincones de España”.

Esta visión de imparcialidad fue compartida por Eduardo Cobas, que apoyó la idea de que el regulador no tiene que ser quien influya en la elección de los ciudadanos en favor de un medio de pago u otro: “Bienvenidos son todos los medios de pago. La clave está en que exista libertad de decisión y que cada quien pueda escoger el que considere preciso”.

En este sentido, José Luis Martínez Campuzano insistió: “El reto no es luchar contra el efectivo, sino que los ciudadanos puedan elegir individual y libremente. En el contexto actual de transformación digital la banca debe asegurar que todas las opciones de pago estén disponibles para el usuario. De hecho, los bancos defienden la libertad de elección del cliente, dado que es su experiencia la que determina el futuro”.

Uno de los principales argumentos para fomentar la variedad de métodos de pago es la universalidad o, lo que es lo mismo, favorecer que cualquier persona, con indiferencia de su edad o situación socioeconómica, pueda realizar un pago. “El dinero en efectivo tiene un carácter inclusivo que no presentan las formas digitales. En Estados Unidos, por ejemplo, hay determinadas ciudades en las que se están adoptando medidas regulatorias para proteger la capacidad del uso del efectivo, ya que hay minorías que no pueden llevar a cabo sus hábitos de consumo en determinados sitios por la falta de acceso a la bancarización”, explicó Cobas. A lo que añadió: “Al igual que en España hemos reclamado la capacidad de que cualquier persona pueda pagar con cualquier tipo de medio de pago en cualquier tipo de establecimiento o institución, también hay que exigir que todo ciudadano pueda realizar sus operaciones en efectivo”.

Razones para optar por el efectivo

De entre los motivos por los que el dinero en efectivo sigue contando con una gran popularidad como método de pago, Eduardo Cobas destacó tres. El primero de ellos es, según un estudio realizado por Aproser, la seguridad. En concreto, el 48% de los encuestados afirma que esta es la razón principal para seguir utilizándolo.

Una seguridad que sigue siendo asignatura pendiente en el caso de los pagos digitales. “La ciberseguridad está por desarrollarse y ninguna entidad bancaria está exenta de sufrir un ciberataque, algo especialmente relevante si tenemos en cuenta que estamos hablando de ahorros, fondos de pensiones, etc., y que toda nuestra vida está reflejada en las cuentas corrientes”, indicó.

A pesar de que su uso es mucho más seguro, Carlos Díaz-Güell hizo referencia a las acciones que, como parte de una guerra con el efectivo, se están llevando a cabo para desprestigiar su utilización: “Se está inoculando a los ciudadanos, de forma un tanto indolora, el convencimiento de que la posesión de cash, de dinero de bolsillo, no solo puede resultar superfluo sino también criminal, amparando tales afirmaciones en el argumento falaz de que el efectivo no solo supone respaldo del terrorismo y del narcotráfico sino que sobre él se cimenta el fraude fiscal y la economía sumergida”.

Siguiendo esta línea, Tornamira apuntó que los negocios ilícitos no solo se hacen con bolsas de basura llenas de efectivo, sino también con dinero electrónico, ya que por ejemplo, las criptomonedas están al alcance de cualquiera, incluidos los cárteles de la droga.

Otra razón para el uso del efectivo alegada por Cobas es la percepción de gasto que comporta el efectivo. Sobre este punto, el estudio de Aproser determina que el 40% de los ciudadanos afirma que el ahorro familiar es más eficaz si realiza los pagos con efectivo. Y es que, tal y como recordó Tornamira, la percepción del gasto no es igual en los pagos digitales, en los que hay ausencia de dolor, que en el uso billetes y monedas, cuyo volumen vemos bajar físicamente con cada transacción. Hasta tal punto es así, que el gasto se incrementa un 15% con los pagos digitales.

El tercer y último motivo para utilizar cash es la privacidad, ya que en una transacción con este tipo de dinero solo están implicadas dos personas (el comprador y el vendedor) y no quedan registrados los detalles de la misma (productos o servicios adquiridos, fecha, hora, lugar, etc.). En cambio, con los pagos digitales se almacenan todos los datos, de tal modo que un ataque o fallo de seguridad pueden poner en peligro la privacidad de los usuarios. Al respecto, el estudio de Aproser, destaca que siete de cada diez personas están preocupadas de forma consciente por su privacidad, de ahí que opten por el efectivo. 

SOBRE EL INSTITUTO COORDENADAS DE GOBERNANZA Y ECONOMIA APLICADA

Institución de pensamiento e investigación sobre “las cuestiones de nuestro tiempo” impulsando la interacción entre gobernanza y economía aplicada para progresar en los tres pilares del mundo postmoderno: bienestar social, progreso económico con justicia social y sostenibilidad ambiental; con funciones propias de los “amigos del País” y las Sociedades de Fomento en el XIX . Fiel a sus principios fundacionales de independencia y pluralidad, el Instituto lidera la fusión entre la esencia e innovación de la liberalización económica y social, como mejor modelo de afrontar los retos presentes y futuros de país, de Europa y del mundo en una sociedad globalizada e hiperconectada.

NOTA DE INTERÉS: La información de este comunicado de prensa es un resumen de interés público proveniente de trabajos de análisis e investigación de sus miembros y colaboradores del Instituto Coordenadas para la Gobernanza y la Economía Aplicada. Los papeles de trabajo son de uso interno y de titularidad exclusiva del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.