Indra ya no es lo que era
Análisis, 15 de septiembre de 2015
No podía ser para menos. La situación de Cataluña y sus elecciones autonómicas del 27 de septiembre llevan incorporadas de serie la disputa y la confusión y de ello no se salva siquiera el proceso de escrutinio de los resultados cuyo concurso ha sido ganado por Indra, pese a tener como oponente a la compañía catalana Scytl, nacida a la sombra de la Universidad Autónoma de Barcelona en 2001 y que será la compañía que realizará el escrutinio de las generales de diciembre y que fue, a su vez, la empresa encargada de organizar la farsa de referéndum catalán de noviembre de 2014.
La adjudicación a Indra del escrutinio de las elecciones autonómicas catalanas se interpreta como la proyección de una cierta desconfianza hacia la empresa que participó en el sainete de referéndum catalán y en una pequeña compensación a la empresa, que no resultara adjudicataria del contrato para contabilizar los votos de las próximas elecciones generales de España, que será realizado por la catalana Scytl, aunque sí se responsabilizó del escrutinio de los comicios municipales.
La pérdida del contrato de las elecciones generales por parte de Indra, algo que el mercado daba por descontado ya que este tipo de ingresos de procesos electorales era un “ingreso recurrente” de la compañía presidida por Abril Martorell, no ha sido bien recibida por los analistas financieros y bursátiles y es un factor negativo a añadir a la procelosa crisis de la que no termina de salir y de la que se conoce “lo justo”.