España no está para rallys

Análisis, 08 de enero de 2016

Definitivamente no hubo rally bursátil de fin de año y la bolsa española es, entre todas las europeas, la que ha salido peor parada en 2015, hasta el extremo de que su índice general ha tenido el peor comportamiento de entre todas las de la Eurozona (-7,1%) como consecuencia de muchas y variadas circunstancias, entre las que sobresalen con luz propia la incertidumbre política y la situación económica en Brasil, en donde la exposición de las empresas españolas no es precisamente pequeña.

Los analistas bursátiles, con una carga de cinismo a reseñar, daban muestras de que el que no se contenta es porque no quiere y así algunos de ellos se daba por satisfecho pensando que era preferible arrancar 2016 desde niveles del subsuelo, que hagan a las bolsas parecer más atractivas y con ello concitar el interés de los inversores.

Y ello se produce en un contexto económico en el que el Banco de España hacía publica su estimación de un crecimiento del PIB de 0,8% t/t en el último trimestre del año -igual al registrado en el trimestre anterior- y elevaba una décima su previsión de crecimiento para el conjunto del año 2015 hasta 3,2%, ya que la evolución de la actividad económica en el último trimestre ha sido ligeramente mejor de lo esperado.

El comportamiento de la Bolsa en 2015 ha permitido detectar un fenómeno común y parejo al de la sociedad española, muy conocida y negativamente valorado por los analistas: la volatilidad, que en el mercado de valores se mide a través del código VIX (Índice de volatilidad del mercado de opciones de Chicago) que en momentos de alta volatilidad alcanza cifras elevadas que indica que en el mercado hay miedo y pesimismo y suele coincidir con mínimos en el índice de referencia.

Dicho de otra manera, cuando un mercado presenta confianza suele ser porque la volatilidad es muy baja. Sin embargo, cuando un mercado presenta miedo o pánico suele ser porque la volatilidad es muy alta y el mercado cae bruscamente asustando a la gran parte de los inversores, al sentirse inseguros.

Algo similar ocurre con la sociedad española, que ha demostrado una alta volatilidad en las elecciones de 20 D y ha introducido elementos de incertidumbre e inestabilidad en los mercados internacionales, algo de lo que se han encargado de recordarnos los influyentes rotativos sajones que ven en la situación española