El desorden judicial toma carta de naturaleza en las demandas por la salida de Bankia a Bolsa
Análisis, 01 de octubre de 2015
Al finalizar el primer semestre, se habían presentado en los juzgados españoles un total de 18.000 demandas, por la via civil, contra Bankia por supuesto maquillaje de sus cuentas en su salida a Bolsa en 2011. Esta cantidad que crece constantemente y la reciente demanda del ex portero del Real Madrid, Iker Casillas, por la que reclama el casi medio millón de euros invertidos en su momento, puede convertirse en un fenomenal efecto llamada que puede, incluso, desequilibrar las cuentas de la nacionalizada entidad financiera ya que, no en vano, en 2014 tuvo que provisionar 780 millones de euros para hacer frente a este tipo de contingencias.
El actual y preocupante flujo de demandas se inició cuando los dos peritos del Banco de España que colaboran con el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, en la instrucción del caso Bankia, determinaron que las cuentas que presentó la entidad en su salida a Bolsa no correspondían a la imagen fiel de la entidad. Hoy, el asunto se ha convertido en un lucrativo negocio para los bufetes de abogados que han encontrado en este asunto una via de negocio, hasta el punto de que son cada vez más los que protagonizan cuñas publicitarias en radio en donde ofrecen sus servicios a los 300.000 inversores que acudieron a la salida a Bolsa.
Aunque resultaría del todo punto disparatado plantearse la posibilidad de que todos los inversores que decidieron participar en la salida a Bolsa de la entidad financiera presentaran su correspondiente demanda, a una media de 5.000 euros por inversor, no lo es tanto el reto que el proceso judicial representa, ya que, mientras que el complejo asunto sobre la licitud y veracidad de la documentación presentada en la salida a Bolsa está siendo estudiada y diligenciada por la Audiencia Nacional, se da el caso de que jueces de primera instancia están fallando los casos cada uno como les dicta su buen saber o entender, dándose la situación de que algún fallo favorable a los demandantes se asienta en el “contundente” argumento de que “como es público y notorio” que Bankia falseó los datos en su salida a Bolsa, condenan a la entidad financiera en un claro ejercicio de heterodoxia judicial y en una preocupante manera de impartir justicia, máxime cuando la instancia de lo penal de la Audiencia Nacional sigue estudiando el asunto y este está sub judice.
Y si eso ocurre en los juzgados de primera instancia de lo civil, en las audiencias provinciales las sentencias que se están produciendo compiten en despropósitos con las de los jueces de los municipios de turno, con lo que se genera una prejudicialización