Aunque lo tiene difícil,China pelea por mantener un crecimiento de su PIB del 7%
Análisis, 06 de septiembre de 2015
No es fácil hablar de un país que como China cuenta con una población estimada de 1.375.000 de habitantes -113 millones más que en el año 2000- y que aún hoy sigue manteniendo una tasa de crecimiento de su población del 0,49% (India está en el 1,2%) muy alejada del 2,80% conseguida 1970. Y todo ello bajo un régimen comunista que trata de adecuar su economía a un sui géneris sistema capitalista y de mercado.
Pese a esa complejidad que trasmite su población e indicadores demográficos, la República Popular China nos ha mantenido entretenidos durante estos meses estivales, habiendo sido causa y motivo de todo tipo de análisis alarmistas como consecuencia de una evolución bursátil a la baja ciertamente llamativa.
Lo cierto es que aunque los últimos episodios de caídas bursátiles han sido contundentes, la fortísima revalorización de los índices en los últimos meses no era acorde con la situación macroeconómica. Pese a ello, su transmisión a la economía real a través del consumo será limitada ya que la capitalización bursátil supone el 33% frente al 100% de las economías desarrolladas y sólo representa el 15% de la riqueza de los hogares.
El PIB de China del segundo trimestre publicado en julio, sorprendía a los analistas de referencia por mantener la misma tasa de crecimiento que en el trimestre anterior, el 7% interanual, cuando el consenso del mercado preveía un 6,8%. En términos intertrimestrales, China creció el 1,7% corregido de estacionalidad y el objetivo de crecimiento del gobierno sigue siendo el 7% para 2015.
La reestructuración económica con la adopción de distintas medidas introducidas por el gobierno para estimular el crecimiento y evitar el aterrizaje brusco, parece haber surtido efecto según una serie de indicadores que muestran que la actividad ha cambiado la tendencia en el segundo trimestre.
Así, el consumo, según el indicador de ventas al por menor, observa una tendencia positiva a lo largo del segundo trimestre al registrar un aumento del 10,6% interanual en junio tras el 10,1% de mayo, y ha estabilizado su crecimiento en relación al trimestre anterior (10,2% interanual frente al 10,5% del trimestre anterior), aunque está claramente por debajo de la recuperación vista en 2014.
La producción industrial también mostraba un perfil ascendente en el segundo trimestre, pasando a acelerar el crecimiento hasta el 6,8% interanual en junio (por encima de las perspectivas del mercado, 6%) frente al 5,6% de abril (6,3% en el segundo trimestre frente 6,4% en el primero). En buena parte ésto es el resultado de la mejora en los pedidos exteriores.
La inversión en activos fijos mostró una tendencia a la estabilidad al aumentar el 11,4% interanual en junio por segundo mes consecutivo, si bien lejos del objetivo del 15% del gobierno para este año. La recuperación de la inversión en el sector inmobiliario es todavía lenta debido al alto nivel del stock que dificulta las nuevas inversiones. Sin embargo, se dieron ciertas señales de recuperación en la venta de viviendas (16% interanual en junio por primera vez en más de un año) y los precios empiezan a moderar las caídas.
El potente sector exterior, por su parte, recuperaba algo de tono en el final del segundo trimestre: las exportaciones crecieron un 2,8% interanual en junio después de tres meses de sucesivas caídas y las importaciones moderaron su contracción (-6,1% interanual en junio) tras cinco meses correlativos de retrocesos de dos dígitos. El saldo comercial repuntó. Por lo tanto, el sector exterior habría sido el principal motor de la economía en el 2T15.
La evolución de los precios preocupa, sin ser una prioridad en la política monetaria. El IPC -aumentó en junio el 1,4%- seguirá creciendo hasta el 2% a finales de año pero continuará lejos del objetivo del 3% del gobierno.
Por lo que respecta a los precios industriales y el deflactor del PIB se muestran más átonos, y reflejan una economía dual (sectores con capacidad ociosa). Asimismo, los salarios siguen creciendo por encima de la productividad arrojando dudas sobre el futuro de la competitividad de China.
Las medidas de relajación monetaria del Banco Popular de China, no han podido evitar la desaceleración del agregado monetario M2 (efectivo en circulación más los depósitos a la vista de los residentes en la zona euro, excluidas las administraciones centrales, en entidades emisoras de la zona euro mas los depósitos a plazo fijo de hasta dos años y los depósitos disponibles con preaviso de hasta tres meses).
La demanda de crédito cae en línea con el menor crecimiento y el deterioro de las perspectivas y se desacelerará más ya que sigue creciendo por encima del PIB nominal.
A pesar de la ligera mejora que muestran los indicadores y el acotado impacto del desplome de los mercados, la economía seguirá necesitando nuevas medidas, tanto de carácter monetario como fiscal, que apuntalen la recuperación en la segunda mitad del año, aunque las perspectivas de alcanzar el 7% del PIB se debilitan.