Pese a China y a los emergentes, la Eurozona y EEUU en condiciones de mantener sus tendencias expansivas

Análisis, 11 de septiembre de 2015

En las últimas semanas han reaparecido las dudas sobre la intensidad del ciclo de crecimiento global ante la combinación de varios hechos: la tendencia de la economía China -contracción de su mercado de valores, depreciación del yuan y aparentes dificultades de sus autoridades para manejar la situación- la caída de los precios de las materias primas y unos datos de crecimiento del PIB del segundo trimestre, algo inferiores a lo previsto en la Eurozona.

Los últimos datos del PMI de China, referentes al mes de agosto, confirmaban el retroceso de la actividad manufacturera, situándose el dato en zona de contracción de la actividad (por debajo de los 50 puntos). Sin embargo, hasta la fecha, el contagio al área euro o EEUU ha sido limitado como lo demuestra el hecho de que la actividad manufacturera de EEUU y el área euro crecen a un ritmo estable.

Esta desconexión entre el ciclo chino y el de las economías avanzadas también se observa en la evolución del PIB, donde la recuperación continúa tanto en EEUU como en el área euro a un ritmo igualmente estable.

La debilidad global está ligada a las economías emergentes, en especial a China, que además hacen frente a un desfase de ciclo con las economías avanzadas, lo que limita el margen de maniobra de la política monetaria y la posibilidad de hacer uso de ella para estimular el crecimiento.

Pero en las economías avanzadas, las condiciones cíclicas no dan muestras de deterioro. En la Eurozona, en lo que va de tercer trimestre los índices de confianza se mantienen en niveles similares o ligeramente superiores a los del trimestre anterior, lo que quiere decir que se mantiene el tono subyacente de la economía. Si bien es cierto que, debido al legado de la crisis y otros factores estructurales, la recuperación está siendo débil y necesitaría del tirón del sector exterior para ganar más impulso, lo que no termina de suceder, en la actualidad, debido al tono más débil de los emergentes.

En EEUU se ha revisado al alza el crecimiento del PIB del segundo trimestre hasta el 3,7% desde 2,3% trimestral anualizado, gracias a una mejora del gasto que viene respaldada por la recuperación de su mercado laboral. Los datos del tercer trimestre, aunque aún son pocos, apoyan la continuidad de la expansión económica. Además, los vínculos directos con China sugieren que su efecto sobre la economía estadounidense es bastante limitado (las exportaciones a China son poco más de un 1% del PIB de EEUU y la exposición de los bancos no llega al 1% de su balance).

En suma, a pesar del ruido en los mercados financieros, EEUU y el área euro pueden mantener sus tendencias expansivas en próximos trimestres.

Fuente: Tendencias del Dinero