Fusiones bancarias: ya no es lo que era

Análisis, 20 de enero de 2016

Si se cumplen las previsiones del gobierno y las estimaciones del Banco de España, una nueva oleada de fusiones bancarias, tendentes a conseguir que el sector salga del marasmo en que se encuentra tras ocho años de crisis, empieza a estar en la agenda de los consejos de administración todas las entidades.

La baja rentabilidad de la industria, como consecuencia de unos bajos tipos de interés y un insuficiente crecimiento de ingresos, producto de una fuerte competencia, así como de la existencia de un marco regulatorio duro y exigente en materia de liquidez y capital, son razones más que poderosas para que se haya iniciado una carrera en un clima de frialdad generalizada muy alejado de aquel otro de 1999 testigo de dos fusiones que cambiaron el mapa bancario español: la unión de Santander con BCH y la del BBV con Argentaria.

Hoy, las cosas han cambiado y ya nada es como fue. El sector bancario está exhausto y no se detecta entre los protagonistas de la industria un ánimo encendido por llegar a un proceso de concentración en el que las miradas, en lo que a posibles entidades absorbentes se refiere, están puestas en los tres grandes