Entre la histeria bursátil, los bajistas y la realidad económica

Análisis, 24 de febrero de 2016

Aunque Los mercados bursátiles reflejan uno de los peores arranques de ejercicio visto en años, con pérdidas generalizadas que, al menos en Europa, se mueven en torno al 11%, como lo demuestran las caídas de más del 12% del Ibex español o el Dax alemán, sin entrar en palabras mayores del -18,9% del índice de Milán.

Expertos y analistas no parecen tener muy claras las razones de esta fuerte corrección a la baja iniciada a mediados del año pasado, en un contexto caracterizado por la pérdida de dinamismo de la economía china y el descenso de los precios de las materias primas. Hoy, se ha incorporado un factor enormemente complejo y subjetivo cual es el temor a una recaída de la actividad económica de los países desarrollados y otro más contrastable como son las dudas sobre la banca, especialmente de la italiana y la alemana.

En relación a los bancos, el impacto sobre los márgenes de intermediación de unas curvas cada vez más planas y, en algunos casos, las dudas sobre la fortaleza de sus balances o las presiones sobre su deuda con mayor riesgo, explican que este sector esté siendo fuertemente castigado, perdiendo en los países avanzados un 22% de su valor en bolsa desde comienzos del ejercicio.

Aunque nadie duda de que siempre se pueden encontrar razones para que los mercados suban o bajen, lo cierto es que son muchos los que apuntan al “efecto rebaño” y a la presión de los denominados bajistas los que se hallan detrás de los movimientos a la baja de ciertos mercados de renta variable.

Solo así, la irrupción de estos “traders”, inversores que en lugar de comprar primero para intentar vender más caro después, venden primero para intentar recomprar más barato más adelante, se incrementaron en 2015 en la bolsa española un 63%, si bien es cierto que en sus manos aún está menos del 1% de la bolsa nacional, aunque con ese 1%, según los analistas, se puede desestabilizar un mercado.

Lo cierto es que pese al susto en los mercados, las economías desarrolladas de EEUU y Europa mantienen una cierta solidez, que es la que respalda la expansión de áreas como la norteamericana, en donde pese a debilidades transitorias, el crecimiento económico no es discutido, y aunque ciertos indicadores puedan haber elevado el riesgo de recesión, tal escenario tiene una probabilidad baja, pues los fundamentos económicos son sólidos y no se han generado excesos en la economía (ni calentamiento ni apalancamiento) cuya corrección se perciba como inminente.

Por lo que respecta a España, el grado de consenso es elevado, esperándose que el crecimiento económico en 2016 mantenga la inercia de 2015, moderándose ligeramente hasta el 2,9% desde 3,2% en 2015. La desaceleración de las economías emergentes y la volatilidad de los mercados de renta variables son factores cuyo impacto se verá compensado por el impulso de la política monetaria relajada y la nueva caída del precio del petróleo.

La expansión del PIB seguirá apoyada en la demanda interna, principalmente en el consumo de las familias y el aumento de la inversión residencial, la cual parte de niveles muy bajos y se va a beneficiar de la mejora en las condiciones de acceso al crédito y de la percepción de que los precios de la vivienda hicieron suelo. La inversión en bienes de equipo podría ser más sensible a la incertidumbre en torno al crecimiento mundial, si bien el efecto en la confianza empresarial en España ha sido, por ahora, limitado.

Por lo que respecta al sector exterior, el turismo mantiene muy buenas perspectivas, pero las exportaciones de bienes se verán ralentizadas por la moderación en el crecimiento del comercio mundial. Ello unido al dinamismo de las importaciones hará que la demanda exterior neta aumente su aportación negativa al crecimiento del PIB en torno a -0,5 puntos porcentuales.

La creación de empleo fue intensa en 2015 (los ocupados aumentaron en 535.000) y la tasa de paro cayó al 20,9%. El aumento del empleo ha continuado en enero, si bien los datos de afiliación a la Seguridad Social sugieren que el ritmo ha cedido. La caída en el número de parados, sin embargo, se ha acelerado, algo que indica que se está prolongando el descenso de la población activa. En suma, la tasa de paro se espera que quede por debajo del 19% a finales de 2016.

La tendencia de fondo de la inflación es ligeramente alcista para este año y esa subida de precios y la evolución de los costes laborales unitarios implican que la economía mejorará su competitividad exterior.

Las dudas surgen en torno a la evolución del crédito, cuya caída del saldo continuó moderándose en todos los segmentos, ya que pese a que tanto el crédito al consumo como el de empresas no inmobiliarias cerrará 2015 en positivo, la tendencia se truncó durante el último trimestre del año en todos los segmentos, pero especialmente en empresas grandes. Así, en el conjunto del año las nuevas operaciones de crédito crecieron un 12% respecto a 2014, pero cerraron el último trimestre en negativo (-0.5%).

Post-it

Porcentaje (%).- Suele emplearse básicamente para cuantificar una parte de un total, cuantificar el tamaño o valor relativo de dos cantidades o dar una variación en alguna medida o índice. Dicho de otra forma, el porcentaje indica una cierta cantidad existente en cada cien unidades.

Puntos porcentuales (pp).- Unidad de tanteo o de puntuación que suma el adjetivo que se refiere a aquello que se expresa o se calcula en una cantidad por ciento.

Puntos básicos (pb).- Son “centésimas de punto”. Es decir, un punto básico vale 0,01 puntos. Un punto base o punto básico (pb) es la centésima parte (1/100) de un punto porcentual.

Fuente: Tendencias del Dinero