Déficit público: entre bomberos no se pisan la manguera

Artículos, 24 de mayo de 2016

La Comisión Europea (CE) no ha querido intervenir en las elecciones general españolas del 26 de junio y ha pospuesto hasta el mes de julio la decisión acerca de una sanción por el incumplimiento del objetivo de déficit, sanción que ninguno de los expertos comunitarios se aventura a afirmar que será definitivamente impuesta, siguiendo así la línea seguida en años anteriores, desde que se implantó el Pacto de Estabilidad y que siempre se han zanjado con amagos y pequeñas regañinas de cara a la galería, ya que nadie, en su sano juicio, puede pensar, tal y como está el patio, que la CE puede terminar por sancionar a España con más de 2.000 millones de euros.

Es lo que tiene la construcción de Europa. Que todos se conocen y no en vano España colecciona reprimendas de Bruselas, sabiendo que todo se va a quedar en eso: en un rapapolvo por los conocidos desequilibrios españoles.

Tras una airada reacción por parte del comisario Moscovici, la CE ha decidido reclamar a España que el déficit público se rebaje hasta el 3,7% del PIB en 2016 y al 2,5% en 2017, en una especie de brindis al sol, consciente de que nuestro país no ha cumplido los objetivos acordados con Bruselas ni en 2011, ni en 2012, ni en 2013 ni en 2015 y solo en 2014 se avino a cerrar el año dentro del límite fijado por la UE (5,8%) porcentaje que se vio incluso reducido hasta situarse en el 5,5%.

Pese a que el gobierno español le da un valor relativamente menor a sus compromisos de reducción de déficit y de deuda con la CE, lo cierto es que España ha ido renegociando en Bruselas los objetivos en cuatro ocasiones, aunque la herencia recibida y la fuerte crisis financiera, primero, y económica después, han sido utilizadas como excusa frente a las exigencias comunitarias. Así, aunque el primer déficit de la última década se firmó en 2008 (-4,4%), el estallido de la crisis en toda su crudeza elevó éste hasta el 11% en 2009, el mayor nivel de toda la serie histórica (que arranca en 1980) y seguido por porcentajes del 9,4% en 2010 y del 8,5% en 2011.

Hasta ahora, España es consciente de que Bruselas amaga, pero no golpea, porque no puede ni debe y está dispuesta a tensar la cuerda hasta donde pueda y le dejen y que reprimendas las reciben una parte de los miembros de la Eurozona como Francia, Italia o Portugal sin que se haya pasado a mayores. ¡Faltaría más!. Entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera.

Sea cual sea el nivel de exigencia o de laxitud de la UE, lo cierto es que en el conjunto de la Eurozona, el déficit público cayó desde el 2,6% de 2014 hasta el 2,1% del año pasado, mientras que en toda la UE se redujo desde el 3% hasta el 2,4%.

España, por su parte, debía cerrar 2015 con un desajuste del 4,2% y el agujero real ha sido del 5,1%, siendo el mayor incumplimiento desde 2011 y comprometiendo las obligaciones para 2016. Solo Grecia, con un desfase presupuestario del 7,2% del PIB, cerró el año pasado con unos mayores números rojos.

Fuente: Tendencias del Dinero