Cuando los petrodólares dejan de manar

Análisis, 31 de octubre de 2015

Que el mundo ya no es lo que era comienza a ser una realidad irrefutable y ahí está para recordárnoslo el hecho de que Arabia Saudita, otrora envidiada por su extremada liquidez, puede verse obligada a retrasar pagos a varios proveedores, como consecuencia de la caída en el precio del petróleo, ya que supone cerca del 80% de sus ingresos fiscales y de ellos son varias las empresas españolas que se verían afectadas, ya que en la construcción de la línea ferroviaria a la Meca están implicadas empresas como OHL, Talgo o FCC, lo que está obligando a las sociedades de análisis a modificar sus recomendaciones y precios objetivos.

Por lo que respecta a OHL, empresa que forma parte del consorcio de construcción del AVE a La Meca y obtiene un 14,5% de sus ingresos en la región de Oriente Medio y Norte de África, la empresa de Villar Mir puede resentirse de forma severa, lo que incidirá negativamente al presionar a la baja la cotización de la compañía durante la ampliación de capital.

Talgo no lo tendría mejor en el caso de que se generalizara el riesgo de retrasar pago por parte de la monarquía saudí, ya que la compañía desarrolla cerca del 40% de sus contratos en el proyecto AVE Medina -La Meca. Además, cerca del 30% lo desarrolla a su vez en Kazajistán, país también altamente dependiente del precio del petróleo.

En el caso de FCC, llueve sobre mojado y a su delicada situación financiera, que no se resuelve por mucho que el mexicano Slim haya tomado las riendas de la empresa, hay que unir el riesgo de su actividad en suelo de la dinastía Al Saud en donde Fomento de Construcciones y Contratas tiene una participación del 28% en el consorcio de construcción del metro de Riad, por lo que espera obtener una facturación cercana a 1.800 millones de euros en los próximos años, que equivalen a un 31% de la cartera de proyectos de construcción, área de negocio que genera, a su vez, un 30,7% de los ingresos de FCC.

Un recorte en el presupuesto de este contrato o un hipotético retraso en los pagos futuros complicarían la reducción del endeudamiento en el corto plazo y podría llevar a la compañía a realizar una nueva ampliación de capital.

Fuente: Tendencias del Dinero