Bolsa china: todo lo que sube baja

Análisis, 31 de julio de 2015

Durante unas pocas semanas los avatares de la bolsa china han permitido a la prensa de medio mundo tocar a arrebato, como si en ello nos fuera la supervivencia del sistema capitalista, algo que el tiempo y las autoridades chinas se han encargado de desmentir dejando las cosas en su justo término, aunque va a obligar a éstas a medir con mayor precisión sus próximos pasos de cara a ubicar a la economía china en un nuevo escenario.

El índice compuesto de Shanghái registró un largo periodo de relativa estabilidad entre 2009 y 2014 para iniciar una senda fuertemente alcista en el cuatro trimestre del pasado año, hasta el punto de que a comienzos de junio de este año el índice se había revalorizado casi un 150% interanual.

A partir de ahí la bolsa sufrió una abrupta corrección (cayó un 32%, aunque ha corregido 10 puntos en los últimos días) y ha hecho inevitable la pregunta de si se trata de una amenaza seria.

La subida de las bolsas chinas entre el último trimestre de 2014 y junio de 2015 fue mucho más allá de lo justificado por las variables fundamentales de la economía china:

  • La subida descansó en inversores nacionales (los no residentes tienen un acceso restringido y su influencia es limitada).
  • El movimiento fue alentado por las autoridades chinas con el ánimo de desarrollar el mercado de capitales y también de propiciar subidas en las cotizaciones de las empresas públicas para que, cuando sean parcialmente privatizadas, se alivien sus problemas de sobreendeudamiento.
  • El movimiento se ha apoyado en un punto de partida de clara infravaloración, en desplazamientos a bolsa desde los activos reales a medida que surgían problemas en el sector inmobiliario, en la relajación de las condiciones de crédito a medida que la economía se desaceleraba y en un mayor compromiso con las reformas estructurales.

La corrección del 30-40% (3 billones de dólares de capitalización) no ha tenido un detonante claro, como sucede tras la formación de burbujas, pero ha situado al mercado en niveles más acordes con los fundamentos a la vista de los PER o la rentabilidad por dividendo, que no están lejos de sus promedios históricos o de ratios equivalentes en otros países emergentes.

Aunque es cierto que comparaciones históricas o geográficas tienen fuertes limitaciones en una economía en plena transformación y con una integración financiera internacional muy limitada, sí puede afirmarse que no hay una sobrevaloración grosera y que las autoridades chinas, a través de medidas muy intervencionistas como las adoptadas las últimas semanas, pueden graduar el ajuste.

La cuestión ahora es determinar la repercusión que puede tener en el crecimiento del PIB chino una caída de la bolsa

Históricamente, el crecimiento del PIB y la bolsa china no han estado particularmente correlacionados, dado el papel menor que ha tenido el mercado de valores en la financiación de la economía o en las carteras de activos de las familias (10%). Por otro lado, la exposición de la banca al crédito para la adquisición de valores, pese a ser significativa (650.000 millones de dólares) es perfectamente manejable al no representar más allá del 2% del balance de los bancos.

En este escenario, algunas estimaciones señalan que una caída del 30% de la bolsa reduce el crecimiento del PIB en un 1,1%, lo que permite al gobierno central poner en marcha nuevas medidas de estímulo fiscal y monetario para compensar tal efecto y sostener el crecimiento del PIB en tasas del 6,5-7% en 2015.

No conviene olvidar que China camina hacia un nuevo escenario de crecimientos del 5-6% y que, en la próxima década, serán la tónica habitual a la vista de la tendencia de la productividad y de la dinámica demográfica.

Esa reducción del crecimiento potencial, unida a las vulnerabilidades ya conocidas de la economía (inmobiliario, banca en la sombra, baja rentabilidad y sobre inversión de las grandes empresas, finanzas de las provincias) y el proceso de liberalización abierto y necesario para que el desarrollo del país se sostenga, son factores de riesgo, sobre todo a medio plazo y máxime cuando la transición de modelo de crecimiento con frecuencia no es fluida.

Fuente: Tendencias del Dinero